El presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ucrania de haber intentado bombardear la central nuclear de Kursk, situada a unos 50 kilómetros del frente abierto en territorio ruso por las tropas de Kiev. El mandatario no presentó pruebas ni proporcionó detalles sobre el presunto ataque. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) había afirmado horas antes que su jefe visitaría la central la semana próxima, sin mencionar ningún intento de ataque contra las instalaciones.
Moscú advierte desde hace varios días de la amenaza de una catástrofe nuclear en caso de ataque a la central por el ejército ucraniano, que el 6 de agosto lanzó una incursión militar terrestre sin precedentes en Rusia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Kiev asegura que tomó decenas de localidades rusas.
“El enemigo trató de bombardear la central nuclear durante la noche”, dijo Putin en una reunión con miembros de su gobierno y los gobernadores de las regiones fronterizas de Ucrania.
El gobernador de la región de Kursk, Alexei Smírnov, indicó que las instalaciones de la central funcionan sin problemas. Ninguna autoridad ucraniana se pronunció sobre las denuncias.
Ucrania y Rusia se acusaron de amenazar la seguridad nuclear en reiteradas ocasiones desde el inicio del conflicto, desencadenado por la intervención militar rusa en la exrepública soviética hace dos años y medio. Las tropas rusas se apoderaron de la planta de energía abandonada de Chernóbil (en el norte de Ucrania) y de la planta de Zaporiyia (al sur), la mayor de Europa, en los primeros días de su ofensiva militar a gran escala en febrero de 2022. La central de Zaporiyia sigue funcionando bajo control de Rusia, que afirma que las fuerzas ucranianas intentaron bombardearla con drones. A inicios de mes, se produjo un incendio en la torre de refrigeración de Zaporiyia, que según autoridades rusas y el OIEA no tuvo impacto significativo.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusa a Rusia de “chantaje nuclear”.