Pepe Cibrián es pasión en estado puro. Pasión por el teatro musical -del cual es historia viva- y por la vida. Lo demuestra en cada nota. “Me encanta hacer reportajes; soy muy particular; yo hablo mucho. Al final no dejo hablar”, le anuncia de entrada a LG Play. Lo hace a propósito de que esta noche a las 21 el musical “El jorobado de París”, cocreado y dirigido por el artista y Ángel Mahler, sube al escenario del teatro Mercedes Sosa (San Martín 479).
Francisco Sureda, Mariano Clavero, Luz Despósito, Laura Morelli, Matías Bruno, Jacinto Pussetto, Sofía Chamorro, Fran Elías, Gregory Ravelo y Esteban Merdeni integran el destacado elenco de la gira 2024.
Cibrián escribió El Jorobado en 93, cuando se estrenó en el Luna Park. “Es muy larga la historia; estuve 10 años trabajando y produciéndo con Tito y Ernestina Lectoure, hasta que murió Tito. No pisé el Luna Park hasta hace dos años, cuando volvió ‘Drácula’ con gran éxito. Y este año hicimos ‘El jorobado...’. Es una puesta muy distinta a lo que se acostumbra. Hoy en día quiero un teatro más minimalista. Pero puesta y vestuario acá en la gira es exactamente igual”, cuenta.
“Realmente amo Tucumán -declara-. La amo por ustedes y además porque el padre de Raúl Armisén, director del teatro Mercedes Sosa, fue como la mano derecha de mi padre durante años. Conocí a Raúl de niño. Es un hombre que lucha por la cultura. Todo nuestro país está lleno de gente tan talentosa, tan creativa y con tan buenos periodistas. Necesito hablar de esto; es importante: yo soy muy federalista; creo que no somos un país federalista. Mentira, porque en Buenos Aires no saben qué hacemos en Tucumán; y en Tucumán no saben que hacemos en Mendoza. Aceptamos la palabra interior, que está mal porque no somos el interior; son las provincias tanto como Buenos Aires. A mí todo esto me molesta mucho, por ejemplo, el Martín Fierro del interior; me parece que es una falta de respeto. Cuando yo recorro mi país hablo con los periodistas, hasta en los pueblos más chicos. A los actores no nos cuesta igual en Buenos Aires que en Tucumán vivir de la profesión. Allá no atiende Dios”, advierte.
-Pareciera que la oficina central está en Buenos Aires...
-No, vos vivís de tu profesión con dignidad, conocés tus calles, tu aire, tus conflictos. ¿Para qué te vas a ir a Buenos Aires? Digamos si te desarraigás andate a la BBC de Londres; vas al mundo, pero acá... si no nos conoce nadie ni en Bolivia. Lamentablemente yo no conozco en Tucumán la gente talentosísima que debe haber. Por eso salgo en gira, arriesgando mucho porque esto cuesta trasladarlo. Sin embargo lo hacemos con mucha alegría.
La próxima
La novedad de Cibrián es que acaba de estrenar “Wilde”, que llegará el primero de noviembre a la provincia.
“Estoy lleno de proyectos; tengo 76 años y tengo el privilegio de que me hagas un reportaje, en un mundo tan difícil donde la gente grande no se la tiene muy en cuenta, pero me rompo el alma”, anuncia.
- ¿Cómo hacés para que cada pieza funcione een la puesta?
- Tengo muy buenos colaboradores, muy capaces. Tienen claro cuál es su rol. Y es eso, justamente, es mantener la puesta, que el vestuario esté impecable. Tengo a Gastón, que es un gran iluminador creativo; él se encarga de las luces con sus computadoras; José María Zárate que es el asistente de mano derecha. Todo está muy controlado; entonces sale como tiene que salir.
- Hablando de la obra, supongamos que un desprevenido no sepa con qué se va a encontrar en “El jorobado...”
- Esta obra la hice por Enrique Pinti. Un día después el éxito de “Drácula”, comiendo con Enrique le digo no sé qué voy a hacer después de esa obra y me dijo vos leíste la novela de Víctor Hugo, “Nuestra Señora de París”? La leí y me enloqueció. Le dije a Lectoure: es la próxima. Efectivamente se hizo esa versión del 93, que costó dos millones y medio de dólares.
- ¿Cuál es el tema?
- Es una historia mágica, que tiene que ver con la exaltación de la belleza interior. Por supuesto, el jorobado es algo deforme, y Esmeralda, esta bella gitana joven, maravillosa, que interpreta quien ya hizo Lucy en “Drácula”. Ella ve en este personaje la belleza interior. Yo modifiqué una cantidad de cosas, pero es una producción por momentos muy divertida por momentos muy tierna; no es dramática. Al contrario: es un canto de la libertad del hombre. Dice en una canción final: “el hombre tiene el don de ser libre en su prisión”. Esto es lo que creo que hoy en día, ante tantas prisiones que vivimos, como las económicas. Pero en el fondo somos libres de poder pensar, de trabajar, lo que es un privilegio, realmente un privilegio.
- Justamente, un poco de la prisión que en la que cada uno puede sentirse en estos momentos, tan complicados que vive el país, es salir ir a disfrutar de la obra, a despejarse...
- De verdad las entradas son de un precio muy accesible (en Buenos Aires son mucho más caras). Hay mucha gente que quisiera ir al teatro y no puede; quiere comer... Yo lo haría gratis, pero se puede. A aquellos que puedan realmente van a disfrutar mucho. Se cobran precios accesibles. Van a encontrar un espectáculo maravilloso y los que no pueden ir lo lamento con el alma. Ojalá que mejoren las cosas en el país, y que la gente coma, que pueda estar mejor.
- Si comparamos el costo de una entrada para ver El Jorobado... sale más barata que comerte el popular sándwich milanesa y una gaseosa acá en Tucumán.
- Sí. De eso se trata, de disfrutar. Yo he llenado el Mercedes Sosa con “El hombre de la Mancha”, con “La dama de las rosas”, ni hablar de “Drácula”.
Ángel Mahler: historias que hablan de la condición humana
“‘El Jorobado de París’ es una de mis obras preferidas, por la música que pude componer”, apunta Ángel Mahler, quien además dirige la orquesta. “Historias como ésta son eternas. La discriminación, siempre inentendible, es inherente a la historia del ser humano. La espiritualidad y el amor da sentido, más en estos tiempos, a la reposición de esta genialidad del escritor francés Víctor Hugo. Nosotros convertimos esa historia en un musical”, agrega, y expone acerca de los personajes: “el Jorobado, con su deformidad; Esmeralda la gitana, la más deseada, a tal punto que el archidiácono de Notre Dame sucumbe ante ella; el Poeta Pierre, no correspondido por Esmeralda y el Capitán Febo, que juega un papel frívolo pero a la vez comprometido con la Iglesia. Es muy interesante ver todos esos perfiles, historias maravillosas que hablan de la condición humana”.