Un accidente en el Trasmontaña lo dejó cuadripléjico, pero todavía mantiene su amor por la bicicleta

Un accidente en el Trasmontaña lo dejó cuadripléjico, pero todavía mantiene su amor por la bicicleta

En 2019, Daniel Chambret sufrió una caída que cambiaría su vida para siempre. "Se cumplieron cinco años de que nació otro totalmente distinto", aseguró.

EMOTIVO. Daniel Chambret realizó un último recorrido a la Virgen de Moreno, en una bici creada exclusiva. Sus amigos habían practicado en la semana con bolsas de maíz para trasladarlo. EMOTIVO. Daniel Chambret realizó un último recorrido a la Virgen de Moreno, en una bici creada exclusiva. Sus amigos habían practicado en la semana con bolsas de maíz para trasladarlo.

La fortaleza de Daniel Chambret es un ejemplo de resiliencia que inspira a todos. El domingo se cumplieron cinco años de aquella caída que sufrió en una de las bajadas del Trasmontaña y que cambiaron su vida para siempre.

El accidente, ocurrido en la zona de “La Milagrosa”, fue un golpe devastador para él. En su afán de salvarle la vida a un niño que caminaba junto a su padre, el experimentado biker se desvió del camino, una rueda se le trabó y terminó cayendo al piso. Su cabeza dio de lleno en el suelo con un golpe seco.

Esa circunstancia y el destino quiso que terminara cuadripléjico, pero eso no le arrebató el amor por la bicicleta y las ganas de salir adelante.

Tras salir del psicólogo, Chambret responde gentilmente las preguntas en diálogo con LA GACETA y ni se inmuta al recordar el trágico accidente. Eso sí, antes de entrar en detalles sobre lo que sucedió aquel 18 agosto de 2019, el biker de 59 años que actualmente trabaja en el Centro de Monitoreo de Yerba Buena y estudia Administración de Empresas se remonta a sus inicios con el rodado.

“En 2008, a raíz de una lesión que tuve en la cabeza del fémur, me habían prohibido hacer deportes de alto impacto. Yo jugaba al tenis, al fútbol y salía a correr. El médico me había dicho que hiciera spinning. Fui un mes, pero me aburría y entonces me compré una bici”, recuerda Chambret. “Andaba por el Parque 9 de Julio y después por la avenida Perón. En el 2012 se me ocurrió correr el primer Trasmontaña y le metí para adelante con el desafío”, agregó el biker que disputó las ediciones de 2014, 2016, 2018 y 2019.

Justamente en esa última se dio el accidente que le cambiaría la vida. Su compañero de equipo había roto cubierta y unos chicos de 15 años le habían pedido que abandonen la carrera por ese motivo. No obstante, Chambret asegura que no supo ver las señales a tiempo y ocurrió lo inesperado.

RECUERDO. Chambret asegura que no le guarda rencor al Trasmontaña y todavía muestra su amor por la bicicleta. RECUERDO. Chambret asegura que no le guarda rencor al Trasmontaña y todavía muestra su amor por la bicicleta.

“Habíamos largado en la calle 15 y antes de llegar al río Sucio, ahí en Raco, a mi compañero se le hizo un tajo en una de las cubiertas. Nosotros veníamos primero hasta en ese momento, con una buena ventaja, pero perdimos la carrera porque estuvimos más de 20 minutos parados solucionando ese tema”, relata sobre cómo se inició el trágico momento. “Le iba a decir a Alberto que abandonemos y no se lo dije para que no se sintiera mal. Cuando faltaban cinco minutos, en una bajada que se llamaba la ‘Milagrosa’ y que era bastante complicada, estábamos sobrados de piernas. Sin embargo, no encontré a nadie que me advirtiera lo que estaba pasando ahí. Había mucha gente que estaba caída, había mucha tierra y no se veía que pasaba. Incluso había gente caminando”, explicó el biker que se topó con un padre y su hijo.

“En el momento en el que esquivo un árbol me aparece detrás un chico caminando junto a su padre; que estaban corriendo en la categoría padre e hijos. Traté de esquivar al menor porque si lo agarraba podía pasar a mayores. Entonces le dije que se quede quieto, que yo lo pasaba por la derecha. En ese momento estaba todo revuelto el suelo y no se veía bien lo que había abajo. Cuando logro pasarlo, la bicicleta se me barre hacia adelante, la rueda cae en la cárcava y se me empieza a descontrolar. Se mete la rueda delantera en una especie de zanja; ahí se clava la bicicleta, y yo pasé por arriba del manubrio. Caí con todo el cuello en el piso”, se lamentó.

Ese instante fue un antes y un después para él. “En ese momento se me produce una lesión medular nivel C7 y empezó todo un periplo. Ahora se cumplieron cinco años de que murió un Daniel y nació otro totalmente distinto”, sentenció.

“La vida a veces da señales”, dice el popular refrán y quien lo confirma es el propio Daniel. “Cuando estábamos tratando de arreglar la rueda de mi compañero, se acercaron dos chicos de 15 años que estaban ahí y nos dicen: ‘ya está ‘chango; por algo debe ser que no pueden arreglar. Abandonen y vayan a comer el asado’”, recordó Chambret sobre esa especie de ayuda divina que recibió en los instantes previos al accidente. “Esos chicos fueron una señal, que no la supimos o no la quisimos ver”, agregó.

EN CAMINO. Chambret no ocultó su emoción al recordar el viaje a Catamarca. EN CAMINO. Chambret no ocultó su emoción al recordar el viaje a Catamarca.

Luego del accidente llegarían múltiples operaciones en el hospital Fleni. Mientras eso sucedía, sus amigos le tenían preparada una sorpresa.

Le construyeron una bicicleta especial para que no perdiera esa sensación de andar en su “máquina”; esa misma que le permitía desconectarse de todo.

Pero, ¿cómo iban a poder concretarlo con una persona que había quedado cuadripléjica? Practicaron en la semana con bolsas de maíz y hasta uno de sus compañeros “arriesgó” a su madre. “Miguel Moreno, al que le decimos ‘Fangio’, fue el mentor de conseguir una bicicleta. Se encaprichó y hasta que no la consiguió, no paró. Costaba un montón lograr la estabilidad y entonces él decidió subir a su madre.  Fue tremendo, no sé cómo explicártelo; es muy fuerte”, dijo antes de emocionarse.

LINDA SORPRESA. Daniel Chambret posa junto a sus amigos en la Catedral de Catamarca. LINDA SORPRESA. Daniel Chambret posa junto a sus amigos en la Catedral de Catamarca.

La llamada con Daniel quedó en silencio durante unos minutos. Las lágrimas empezaron a apoderarse de su rostro al recordar el viento de Catamarca; más específicamente hasta el lugar donde se encuentra la Virgen de Moreno, un recorrido que solía hacer con sus amigos y  que lo concreto una vez más, esta vez, con dice él, con un “nuevo Daniel”.

Chambret está muy agradecido con su esposa Beatriz Saracho. “Es la otra mitad mía. Estuvo para en este momento y también cuando me había quedado sin trabajo”, asegura Daniel dejando en claro que nadie debe ponerse límites. “Todo se puede mientras la cabeza lo puede imaginar y hacerlo. Yo lo que me propongo hacer, lo hago; a pesar de mis limitaciones. Lo haré en mayor  o menor tiempo, pero lo haré”, concluyó Chambret, un luchador de la vida.

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