La viruela del mono o mpox presenta síntomas iniciales similares a otros virus, como fiebre, dolor de cabeza y malestar general. Sin embargo, un signo distintivo es la inflamación de ganglios, que suele aparecer antes del brote cutáneo característico. Esta inflamación de ganglios, que puede ser dolorosa, es una señal clave para buscar atención médica, ya que diferencia este virus de otros cuadros respiratorios.
El período de incubación de la viruela del mono varía entre 7 y 14 días, aunque en algunos casos puede extenderse hasta 21 días. Durante este tiempo, las personas pueden propagar el virus sin saberlo. Los síntomas incluyen erupciones cutáneas, especialmente en el área genital, que evolucionan desde manchas hasta ampollas llenas de pus. Estas erupciones también pueden aparecer en la cara, manos, pies y boca, siendo un indicador de la segunda fase de la enfermedad.
La transmisión del virus puede ocurrir de animal a humano o entre humanos. El contagio se da principalmente a través de fluidos corporales, contacto con lesiones cutáneas o mediante transmisión oral, por lo que se recomienda evitar el contacto estrecho en zonas de riesgo. La ropa y sábanas de personas infectadas también pueden ser fuente de contagio, aunque con menor riesgo que el contacto directo con las lesiones.
En Argentina, los casos registrados pertenecen al clado genético II, menos grave que el que predomina en África Central. Este clado está vinculado principalmente a la transmisión sexual, y durante el brote de 2022, afectó mayormente a hombres que tienen sexo con hombres. Aunque menos letal que el clado I, es importante tomar precauciones, ya que sigue representando un riesgo de contagio y propagación.