CHICAGO, Estados Unidos.- La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, estuvo en Pensilvania, estado clave para las presidenciales de noviembre, antes de dirigirse a Chicago para la convención partidaria.
Tras la retirada de Joe Biden la demócrata, de 59 años, revivió las esperanzas de una victoria contra Donald Trump. Junto a su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, quiere mostrar su apoyo a la clase trabajadora, en un estado que el actual presidente ganó por muy poco a Trump en 2020.
El viernes, Harris presentó un programa económico centrado en apoyar a la clase media, con medidas como crédito fiscal para familias con recién nacidos, menor precio de los medicamentos o ayuda para la compra de vivienda, entre otras.
Trump, consciente de lo que está en juego, regresó el sábado a Pensilvania, donde en julio fue objeto de un intento de asesinato. “Está loca”, atacó a su rival el multimillonario de 78 años, privado de su mejor enemigo desde la retirada de Biden.
El equipo republicano anunció ayer una contraofensiva, con eventos de campaña planeados en estados clave cada día de la convención demócrata.
Hoy, Trump hablará sobre economía en Pensilvania, y sobre criminalidad y seguridad nacional, mañana y el miércoles, en Michigan y Carolina del Norte. El jueves, viajará a Arizona, en la frontera con México, para hablar sobre inmigración.
Según el Partido Demócrata, se espera que unas 50.000 personas (delegados, voluntarios, simpatizantes) acudan a la tercera ciudad más grande de Estados Unidos para celebrar a su candidata hasta el jueves.
Un extenso dispositivo de seguridad movilizará a 2.500 policías locales. Grupos propalestinos han planeado manifestaciones, mientras que el intento de asesinato de Trump el 13 de julio sigue en la mente de todos.
“La gran mayoría de los manifestantes (...) son pacíficos” y sólo “quieren que sus voces sean escuchadas”, dijo el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, en una entrevista con la cadena CNN. Pero “si hay alborotadores, serán arrestados”, añadió.
Los Obama
Una nueva encuesta de opinión del Washington Post/ABC News/Ipsos difundida ayer mostró que la vicepresidenta está un poco por delante en intenciones de voto a nivel nacional.
Entre los pesos pesados que irán a apoyar a Harris en Chicago están el ex presidente Barack Obama y su esposa Michelle. En su bastión, el carismático político movilizará a los demócratas, muchos de los cuales expresan una euforia parecida a la de la campaña que llevó a la Casa Blanca al primer presidente negro de Estados Unidos, en 2008.
El fantasma de 2016
Le corresponderá a Biden el primer discurso importante de la convención y un mensaje de despedida. El equipo de campaña promete que este último vals, que marca el final de medio siglo en la política, no será en modo alguno melancólico.
El presidente presumirá de los resultados de su mandato, que concluye con “la economía más fuerte del mundo”. Sobre todo, pedirá apoyo para Harris, destacando la importancia de la elección frente a un presidente condenado penalmente y que no se ha comprometido a admitir una posible derrota.
El acto en Chicago busca mostrar unidad y entusiasmo frente a Trump, hasta ahora único amo del Partido Republicano y todavía adorado por sus bases. Todas las encuestas auguran una votación muy reñida.
La presencia en la convención de Hillary Clinton, a quien el republicano derrotó para sorpresa general en 2016, tal vez recuerde a los eufóricos demócratas que deben ser cautelosos.