Por Gustavo Rodríguez
19 Agosto 2024
EL DEBATE. La audiencia estuvo marcada por las ocurrencias del acusado.
“Le voy a decir una cosa que es la única verdad: todo esto pasó porque ellos le venden drogas a mis hijos. No hay más. No quiero tener más problemas con nadie”, explicó un acusado sin dar demasiadas vueltas. Hasta el miércoles estuvo detenido por haber herido a un joven y dos días después, habría amenazado a toda la familia de la víctima.
El 26 de febrero, Sergio “Loba” Salvatierra atacó con una “tumbera” (arma casera que dispara perdigones) a W.P.A cuando pasó por el frente de su casa. La víctima recibió varios proyectiles en el rostro y por eso perdió uno de sus ojos.
El acusado se mantuvo prófugo hasta fines de junio, cuando fue detenido. Lo acusaron de lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego. Por esa razón le dictaron la prisión preventiva por 45 días.
Al no haber solicitado la prórroga de esa medida cautelar, “Loba” recuperó la libertad el miércoles a través de un hábeas corpus. Sin embargo, el viernes, se cruzó con el hermano del herido y lo amenazó que atacaría a toda la familia.
“Quiero que me digan por qué me volvieron a detener si yo ya había salido”, le preguntó el acusado a la jueza Isabel Méndez al iniciar la audiencia que se realizó ayer. La magistrada, usando palabras y tono de docente, le explicó que ya se aclararía su situación con el correr de los minutos.
En el debate, la auxiliar Luciana Papa explicó la situación y anticipó que no acusaría de ningún delito a Salvatierra porque no habían podido entrevistar a ninguna de las víctimas. Sin embargo, solicitó que se le dicte la prisión preventiva porque podría entorpecer la investigación. La defensora oficial Teresita Mendilaharzu rechazó el pedido.
“Todo comenzó cuando ellos le pegaron a mi hijo porque les debía plata por la droga que le había comprado. Esa es la verdad. No quería tener más problemas porque son personas que nadie quiere”, explicó Salvatierra cuando hizo uso de la palabra. “Ellos dicen que se dedican a la venta de algodón en la calle, pero ellos venden droga. Soy el único que tiene maquinita para hacerlo”, dijo el acusado.
Ocurrencia
El sospechoso no paró de hablar. “Sé que estuve mal, pero le pido que me den un tiempo, vendo mi casa y me voy de ahí con mis hijos. No quiero tener más problemas con esa gente”, finalizó. Después de unos segundos señaló: “le doy la palabra señora jueza”. La ocurrencia generó sonrisas entre los asistentes.
La magistrada Méndez le hizo caso y anunció que le dictaría la prisión preventiva por 60 días, ya que entendió que podía entorpecer la investigación.
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