Al costado de un enorme escenario Samira pinta en un kit de arte con el que sueña cualquier pequeño dibujante. “Es de mi hermanita”, comentó risueña en diálogo con LA GACETA, mientas estiraba su manito de 10 años para mostrar el kit de uñas rosas y brillantes que recibió ella. Y casi en secreto agregó: “pero sé que hay uno más que viene en camino”.
La picardía de esa nena y su inocencia reflejaba la de los cientos de niños que ayer colmaron el parque 9 de Julio en el festejo del Día del Niño. Allí princesitas llenaron el lugar junto a mini futbolistas que lucieron camisetas de Atlético, de San Martín, de la Selección Argentina, o súper héroes y bailarinas en los más coloridos tutús, que pusieron alegría a un encuentro con música, magia, kermeses, regalos y sorteos.
Todo el mundo está feliz
A pocos metros del trencito, niños y adultos formaron una extensa fila que parecía no terminarse nunca. Es que la entrada al evento tenía una pulsera que hacía sentir invitados a los más chicos a divertirse y a recibir su primer regalo.
Una bolsita de papel con chocolatada y galletas se entregaba a cada uno de los dueños de esa cintita, que también recibieron números para participar de sorteos de muñecas, monopatines y pelotas.
El sol de la tarde calentaba pero no quemaba. Sólo hacía brillar un poco más los cientos de banderines y guirnaldas dispuestos para festejar a los más chicos.
Ellos además podían elegir entre muchos stands de juegos, donde podían tirar un dado y saltar la rayuela, poner a prueba su concentración y equilibrio, y aprender sobre derechos de los niños con láminas y números para los que no son tan chicos.
A su vez, una “recicleta” en la que los niños pedaleaban para triturar tapitas, junto a una banda de instrumentos reciclados de la Dirección de Medio Ambiente, también los divirtió mientras les enseñaba las muchas formas de cuidar al planeta sin dejar de divertirse.
No dejan de bailar
Desde cuadras antes del parque, se escuchaba el murmullo de la risa de los chicos que resonaba más fuerte que lo habitual al saberse festejados y homenajeados.
Fueron celebrados por ejemplo por el Mago Enigma que en el escenario central que colocó el municipio capitalino, sorprendió con sus trucos a los miles de asistente a la fiesta.
El público también bailó y aplaudió muy fuerte al ver el show de la Patrulla Canina, Mario Bross, el Piñón Fijo tucumano y La granja de Zenón el musical.
Por otra parte, para quienes quisieron mover el cuerpo de manera diferente se dispusieron peloteros, mini canchas de vóley, básquet y fútbol.
Niños y niñas pudieron disfrutar de la pista de educación vial y el Circuito de las Infancias, y los que preferían la tanquilidad hubo una biblioteca infantil móvil que se convirtió en una burbuja de letras en medio del ruidos de los festejos.
“Mis abuelos me cumplieron un sueño y me regalaron una patineta. Yo la había pedido desde los siete años y ya tengo nueve, así que la esperé mucho”, dijo Elías que solo se baja de su regalo para saltar con la música con la que bailan los Paw Patrol.
“Es un día feliz porque ahora me puedo divertir aquí con mis primos y hermanitos y todo está muy lindo”, cerró el nene que recordará este domingo como el día en el que festejó su niñez y se le cumplió un deseo.