19 Agosto 2024
FESTEJO ALOCADO. Mateo Coronel festeja de cara a los hinchas ubicados en la tribuna de calle Bolivia. FOTO: DIEGO ARAOZ - LA GACETA
El cronómetro marcaba 8’30” del segundo tiempo cuando una marea de jugadores corrió en dirección al túnel de ingreso al campo de juego de Atlético Tucumán. “Cobralo, Merlos, es penal”, gritó un plateísta del sector 1 con la voz quebrada. El resto del Monumental cantaba al unísono “ésta es tu gente, la banda inimitable siempre presente, no se compara, somos diferentes a todas las hinchadas…”.
Andrés Merlos, que hace unas fechas había sido borrado de las designaciones (¿por cobrar un penal a favor de Atlético y en contra de Barracas?) mira concentrado la pantalla. A escasos metros, todos los jugadores del “Decano” y el “Pincha” intentan espiar la jugada. Facundo Sava está con los brazos cruzados, tranquilo, mientras los suplentes de ambos equipos interrumpieron el calentamiento y los hinchas cantan. Y Matías Mansilla, que había acomodado la pelota para un saque de arco, también es parte del manojo de jugadores que le hacen marca personal a Merlos. Los hinchas suben el volumen del cancionero popular tratando de marcar terreno.
Mateo Coronel camina solo. El no forma parte del grupo; en esta es el distinto. Se acerca al área de Mansilla, toma la pelota y le habla. La mira fijo. Camina unos metros, merodea el punto penal. Ni siquiera a lo lejos se preocupa por la decisión de Merlos; está seguro que será penal.
Merlos se dio vuelta, marcó infracción y el estadio explotó. Tomás Durso volvió corriendo a su arco mirando al cielo y suplicando por un gol.
Coronel definió con categoría y el “Decano” en 300 segundos -tiempo que transcurrió desde la mano de Rodríguez hasta la ejecución de Coronel- escaló a la cima de la Liga Profesional.
Otra vez Sava. Otra vez los cambios. El primer tiempo había sido bastante equilibrado. Estudiantes, con Enzo Pérez y Guido Carrillo, había demostrado jerarquía y había manejado tiempo y pelota. Eso sí, tampoco había generado demasiado peligro. Apenas un disparo desde afuera del área de Tiago Palacios que Durso mandó de manera espectacular al córner.
FOTO: DIEGO ARAOZ - LA GACETA
Pero como en los últimos partidos, en el entretiempo Sava movió las fichas y eso le dio resultado inmediato. En este caso sacó a Luis Rodríguez y a Moisés Brandán por Coronel y Gino Peruzzi y los dos fueron puntos altos en el complemento.
El segundo tiempo de Atlético fue un espectáculo como para que los hinchas se rompan las manos aplaudiendo y también para que se ilusionen.
El “Decano” cambió la displicencia de la primera mitad por la voracidad del complemento. Le mostró las garras al “León” y se quedó con un triunfo tan trabajado como merecido. El cabezazo de Marcelo Estigarribia a los 20’ le puso cifras definitivas al partido y el moño a una jugada colectiva muy interesante. Peruzzi sacó un lateral para Tesuri, que buscó de primera a Coronel. Este, de primera, rebotó con Peruzzi que también a un toque tiró un centro preciso y precioso para que “Chelo” derrote otra vez a Mansilla.
Fueron 10 minutos frenéticos para Atlético que, con el 2-0 en el bolsillo jugó con tranquilidad y elaboró varios ataques interesantes a partir del juego asociado.
El “Decano” otra vez cambió a tiempo y sigue prendido arriba.
A base de triunfos (y juego colectivo), sumó su quinta victoria consecutiva, sigue invicto desde la reanudación del torneo y los hinchas se fueron del Monumental orgullosos y envalentonados.
El equipo respondió en la cancha; por eso la ilusión está más firme que nunca.
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