No brilló ni lució. A San Martín no le sobró nada. Una pincelada de Juan Cuevas, que nació a partir de un error en la salida de la defensa de Ricardo Pancaldo, bastó para conseguir un triunfazo en Chaco.
El 4-2-3-1 de Diego Flores no mostró la solvencia de otras presentaciones. No hubo grandes asociaciones ni destacó por la tenencia de la pelota. Tampoco hubo grandes cadenas de pases entre Cuevas, Matías “Caco” García y Junior Arias. Sino que la fórmula del “Santo” fue simple: se limitó a aprovechar las inconsistencias de los centrales Milton Leyendeker y David Valdez. Y logró los resultados esperados.
Sin embargo, ninguno de los atacantes destacó a lo largo del partido, y quedaron demasiado lejos del arco de Gastón Canuto.
Los problemas de San Martín aparecieron desde el inicio del partido. La lesión de Máximo Levi obligó al DT a reorganizar la defensa del “Santo”. Así, Diego Mastrángelo ingresó para ubicarse como lateral izquierdo y Guillermo Ferracuti pasó a la zaga central.
Estos cambios debilitaron la consistencia defensiva. La velocidad de Santiago Valenzuela complicó la labor defensiva de Mastrángelo que no logró asentarse en la banda izquierda.
El doble “9” de Jonathan Dellarossa e Imanol Enríquez fue un dolor de cabeza para el tándem de Juan Orellana y Ferracuti. Sin embargo, la falta de precisión de los delanteros y los reflejos de Darío Sand fueron fundamentales para mantener la valla en cero.
Los problemas defensivos no acabaron allí. Matías Ignacio García tampoco estuvo fino en la contención por lo que no equilibró la mitad de la cancha. Tras ganarse una amonestación, Flores decidió cambiarlo en el entretiempo por Pablo Hernández.
A priori, el ingreso de “Tucu” buscaba que el “Santo” intente controlar la posesión de balón, aunque no logró marcar la diferencia.
De este modo, Gustavo Abregú quedó como el único hombre abocado a la función defensiva. La disposición táctica fue aprovechada por Chaco For Ever que sobrepobló la mitad de campo, y se lanzó a buscar el empate por diversas vías. Sin embargo, las grandes atajadas de Sand anularon las aspiraciones de los locales.
Los ingresos de Lautaro Fedele y Gonzalo Klusener intentaron aprovechar los espacios que dejaba el adelantamiento del equipo de Pancaldo, aunque la idea tampoco tuvo el éxito necesario y no generaron ninguna ocasión de peligro. Tal es así que San Martín no remató en el complemento.
Sobre el final del partido, Flores hizo ingresar a Tiago Peñalba con el objetivo de blindar el resultado. Así conformó una línea de cinco defensores, que intentó frenar los embates chaqueños.
Más allá de ello, San Martín consiguió una victoria fundamental en condición de visitante, aunque deberá corregir errores de cara al duelo de Arsenal.