La reforma de Jaldo: del ahora o nunca al futuro de los acoples

La reforma de Jaldo: del ahora o nunca al futuro de los acoples

La reforma de Jaldo: del ahora o nunca al futuro de los acoples

La posible reforma de la Constitución toma cuerpo institucional y, a la vez, se va introduciendo en su propio laberinto. A un mes de que se diera a conocer en este diario que Osvaldo Jaldo trabajaba en un borrador de propuestas de cambios en el texto sancionado en 2006, se han concretado una serie de reuniones formales e informales entre actores del poder y el tema se ha instalado con fuerza.

Hasta los más incrédulos se han ido convenciendo de que el tranqueño habla en serio. El gobernador abrió una caja de Pandora en la escena provincial y lo hizo a sabiendas. Había evaluado que tocar intereses de diversos sectores y romper con el statu quo es una posición incómoda. El mandatario demostró que no teme, sin embargo, pagar costos políticos ni poner sobre la mesa asuntos urticantes.  

En este último mes la conversación política en los pasillos del poder se ha centrado principalmente en dos ítems al respecto: la oportunidad temporal y el sistema electoral.

El primer punto tiene que ver con encontrar el clima político y social justo para emprender este tipo de empresas. Sucede que, en general, las reformas en distintas provincias no han tenido en el pasado buenos antecedentes. Suele asociarse la idea directamente con reelecciones indefinidas y otros beneficios para la clase dirigencial. De hecho, la Carta Magna que está vigente en Tucumán resultó cuestionada en la Justicia y hasta por sus propios hacedores por los yerros y los excesos políticos. El momento en el que sucedió era, sin embargo, propicio para el oficialismo de entonces porque el alperovichismo contaba con un poderío y con mayorías que dieron pie a que impusiera prácticamente lo que quiso.

En este caso,Jaldo evalúa que la oportunidad es ahora o nunca. El mandatario había adelantado en su primer discurso como electo ante los legisladores que iría por un cambio. En los meses que pasaron, se abocó a ordenar financieramente el Estado y a sacar el máximo provecho que se pudo a una relación amistosa con la Rosada. Ahora sigue otra etapa, la de las reformas y la política. El tranqueño tomó nota de los resultados electorales de 2023 y del descontento social en relación a las peores prácticas de la clase política. Combinó esa lectura de la realidad con su intención de trascender como un gobernante que hace las cosas de manera distinta. Y quiere demostrarlo. Inclusive en el peronismo hay quienes desconfían de sus intenciones y otros, que se siguen sorprendiendo al escuchar sus ideas.

La oportunidad tiene que ver con una cadena de circunstancias externas e internas:

1- Nacionales: la proximidad de un comicio nacional; los proyectos de la Nación para cambiar las reglas electorales y el rumbo del Gobierno de Javier Milei. Jaldo entiende que unificar la elección de diputados con la de convencionales constituyentes implicaría un ahorro y, además, aprovechará que el mileísmo, que cuenta todavía con relativo aval social, también quiere reformular normas electorales. Mientras que la marcha de la gestión y de la situación es incierta. Algo le hace suponer que la cuestión económica puede mantenerse o empeorar y, si eso sucede, el ciudadano claramente no estará de humor para que se lleve adelante una agenda política de esta naturaleza.

2-Locales: de acuerdo con encuestas y sondeos, el gobernador cuenta con una alta imagen positiva. Su cercanía con Milei, el Pacto de Mayo y el cómo lleva adelante la gestión cuenta con aprobación. En sus alrededores dicen que pudo ampliar la base de ciudadanos que adhiere a su Gobierno, llegando incluso a sectores que usualmente no votan al peronismo. Por eso también prevé la necesidad de provincializar las elecciones que vienen, para no quedar eventualmente enganchado a cualquier situación nacional que pudiese desencadenarse.

Firme      

Los que han hablado con el primer mandatario subrayan que tiene sus ideas firmes y que mantiene su intención reformista. Jaldo sostuvo públicamente que, si bien el oficialismo cuenta con los números suficientes en la Cámara como para sancionar la ley que declara la necesidad de las modificaciones, el peronismo no puede llevar adelante el proceso solo. Subrayó una vez más que la nueva Constitución deberá ser hija del consenso. En ese contexto, ya dialogó durante varias horas esta semana con los legisladores de los dos bloques más numerosos: el Justicialista y el Compromiso Tucumán. Prevé seguir mañana con parte del radicalismo.

Jaldo les dejó saber que quiere una reforma profunda y moderna. En resumen, pretende que resarza los excesos políticos de la anterior y los artículos que fueron cuestionados judicialmente y que ponga límites y prioridades en los gastos del Estado.

Jaldo les habría mencionado que en estos meses que vienen debería salir la norma que dará el puntapié y que permitirá el llamado a elecciones de convencionales. Marcó que debería suceder antes del proceso electoral nacional, para que no interfiera.

El dolor de cabeza llamado acople

El mandatario reiteró ante los legisladores que la modificación será acotada y no total. Varios de los que charlaron con él consignaron que remarcó que todo lo que pueda solucionarse por ley, se resolverá en el recinto. Y aquí se engancha con el punto central de interés para los políticos: el sistema de acoples.

Desde que las colectoras fueron aplicadas, a partir de todos los comicios locales posteriores a 2006, han generado polémica. Los oficialismos sacaron amplísima ventaja con esta modalidad hasta que los abusos derivaron en una oferta electoral desordenada; en una cantidad monstruosa de candidatos, en internas rabiosas, en una representación parlamentaria deformada y en los costos astronómicos de las campañas. En general, fueron empleados por el justicialismo y por los frentes más numerosos de la oposición.  

El gobernador les manifestó a los dirigentes que hay que resignar beneficios en favor de la gente y que es importante transmitir que la reforma tiene que ampliar derechos y ceñir la política.

Este sacrificio no convence a todos. Parte de los políticos pudo llegar a una candidatura gracias a los acoples y, si eso se cambia, podría perder fuerza la dirigencia territorial porque podría quedarse sin expectativas de una participación más directa. “Se desinflaría el aparato que garantiza resultados tan contundentes para la gobernación y las intendencias”, explicó un dirigente de experiencia del PJ.  

Las alternativas que se escucharon en la Casa de Gobierno son varias. Entre ellas están la de acotar el número de acoples por ley; la de diseñar otro artilugio que quede a mitad de camino entre lo que conviene al dirigente y lo que pretende el elector o la de sacar las colectoras de la Constitución sin resolver el entuerto y patearlo para más adelante.

Cabe aclarar que Jaldo manifestó desde el inicio y sigue sosteniendo que su punto de vista personal es que los acoples tienen que ser eliminados y que de otro modo sólo será un “maquillaje”. La inquietud de sus bases y referentes puso al titular del Ejecutivo en un dilema. Algunos dirigentes ya transpiran frío por la resolución de este conflicto.    

Otro proyecto que se deriva de este esquema tiene que ver con las secciones electorales y la modalidad de votación: se evaluó también en estos días proponer fusionar el interior provincial -dividido hoy en Este y Oeste- en un distrito único. Podría quedar entonces la sección Interior y la Capital.  

Agenda completa

Si bien Jaldo lleva adelante diálogos por la reforma, no descuida la agenda de gestión. Considera que apostar al trabajo del día a día y a resolver las dificultades de los ciudadanos tiene que ser prioritario. El arranque de una nueva ronda paritaria mantiene en ascuas a la Casa de Gobierno. El poder mantener el pago al día y mejorar los salarios están en los apuntes de los ministros involucrados.

Jaldo tampoco descuidará las relaciones con la Nación. Está previsto que el viernes llegue a la provincia una comitiva numerosa encabezada por el vicejefe de Gabinete de la Nación, el tucumano Lisandro Catalán. Catalán mantiene diálogo frecuente con el gobernador porque es un virtual ministro del Interior. El funcionario llegará junto al presidente de Aerolíneas, Fabián Lombardo y a los secretarios de Transporte (Franco Mogetta), de Provincias (Javier Milano Rodríguez) y de Obras (Luis Giovine). En un acto en el Aeropuerto, lanzarán los trabajos de remodelación de la estación. Recorrerán luego las obras en la ruta 307 y en la cárcel de Benjamín Paz.

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