Tras casi un año de paralización en materia de obras públicas, la Casa de Gobierno apunta a retomar los trabajos que resultan prioritarios para la infraestructura provincial. Y en esa lista aparece un proyecto planteado hace cuatro años para resolver el caos vehicular que se genera en el cruce de San Andrés, en el acceso sur a San Miguel de Tucumán.
Si bien se trata de una inversión a cargo exclusivamente de la Nacional de Vialidad (DNV), funcionarios de distintas áreas del Poder Ejecutivo (PE) confirmaron a LA GACETA que se están llevando adelante gestiones para tratar de reflotar las mejoras en esa intersección.
El proyecto quedó neutralizado producto de la falta de financiamiento federal. Pero, más allá de la cuestión monetaria, se presentaron otras circunstancias que sumaron complicaciones a la ejecución de la obra tal cual estaba planeada; entre ellas, una línea de alta tensión y un gasoducto que deben ser desplazados para poder dar lugar a la nueva estructura. En caso de que las conversaciones arriben a buen puerto, la intención del Gobierno provincial es rubricar un convenio con la Nación para asumir parte de los costos (sólo la línea eléctrica implicaría un estimado de $500 millones). De todos modos, tampoco se descartan otras alternativas de financiamiento, por ejemplo, a través de las prestatarias de servicios.
Los objetivos
El expediente lleva la denominación “Obra Acceso Sur a San Miguel de Tucumán” (ruta nacional 9, tramo ex ruta nacional 9 y ruta provincial 302 - empalme con ruta 38). Forma parte del proyecto para el corredor de la ruta nacional 9, que abarca desde Termas de Río Hondo hasta el ingreso a la Capital. Y aunque no hubo novedades en cuanto a la anunciada autopista hacia la villa turística de Santiago del Estero, sí se concretaron avances en la primera etapa de estos trabajos, en los cuales se apunta a reformular, entre otras áreas, el cruce de San Andrés.
Según se detalla en la memoria descriptiva, firmada en febrero de 2021, lo que plantearon los técnicos de la DNV es la duplicación de la calzada y la construcción de un puente sobre nivel en la intersección entre la ruta 9 y la ruta provincial 306, a fin de convertir ese tramo de carretera indivisa en “una autopista con control total de accesos”. Las tareas, agrega el documento, se completan con un puente sobre el río Salí y un canal de desagüe en la zona de la intersección con la 306.
“Este proyecto tiene como objetivo aumentar la capacidad y nivel de servicio del tramo, el cual presenta un alto volumen de tránsito y que, en su configuración actual, provoca grandes congestiones y problemas de seguridad”, señala el informe. Los técnicos marcaron que, en la actualidad, el cruce está semaforizado y cuenta con ramas de giro. Sin embargo, allí confluyen a diario más de 23.000 vehículos (en datos de 2019). “Todo esto hace que la semaforización sea completamente insuficiente y colapse repetidamente aún en horas no pico, observándose colas de más de un kilómetro”, agregaron los autores del documento. Y explicaron que esto “también influye en la seguridad, puesto que se propicia la realización de maniobras peligrosas por parte de los usuarios, como circular por la banquina”.
En distintas áreas del PE consideran que la construcción del puente aliviará el caos que se genera en ese sector, donde conviven camiones, autos y motos. Fuentes oficiales advirtieron que los plazos dependen de la Nación, aunque la intención es avanzar con los trámites administrativos y las gestiones para reactivar un proyecto que, a noviembre de 2020, tenía un presupuesto de $1.471 millones.