Y la hicieron bien, como una receta: rock, jazz, tango, folk y, principalmente, blues. En cada tema del grupo esa composición puede escucharse, con alguna detención, cómo funcionan esos géneros que aparecen como distantes.
Tripas Calientes se fundó hace 25 años y debutó justamente un sábado a la noche, en un otoño tucumano, en la Casa Club de los Arquitectos (Catamarca al 400) en un ciclo acústico organizado por una radio. Esa noche comenzó a gestarse en vivo eso que después se caracterizó como “salirse del libreto”.
Subió al escenario la primera formación integrada por Santiago Caminos en guitarra, armónica y voz, Chechi Bazzano en guitarra y coros, Gonzalo Albornoz en bajo y Simón Pérez en batería. “Los temas que interpretamos son los que a la postre iban a formar parte de nuestro primer álbum: ‘Nací con los blues’, ‘El Rock de Lázaro’, ‘Amanece en El Bajo’, ‘Crónicas de Villa 9 de Julio’, ‘Voy de paso’, ‘La mirada’ y ‘Antonieta’. Y los clásicos ‘Mundo maravilloso’ y ‘Johnny B Goode’”, recuerda Caminos.
En otras palabras, el grupo que en ese debut no tenía nombre pero sí sus propias canciones; algunas de ellas que habían surgido durante la semana previa. LA GACETA informaba ese día que “Caminos y Bazzano regresaban”. Ambos venían de tocar en La Banda de Rock and Roll, 10 años atrás.
“Sí, con Chechi ya nos conocemos de memoria, y sabemos qué hacer en el escenario y cómo trabajar en un equipo. Llevamos 35 años tocando juntos. Cuando acordamos en La Pizzada en la noche del 5 de agosto de 1999, encaramos dos preceptos que sirve para aplicar en los negocios, en las parejas y grupos de trabajo: el primero, ‘se hace lo que puede’ y el segundo, ‘lo que no hago yo y lo hace el otro por mí está bien’. Eso quedó para siempre. También acordamos esa noche ser más radicales”, evoca.
Bicho de la ciudad
Caminos es un “bicho de ciudad”. Se crió en Barrio Norte, y aunque no hace muchos años se mudó, la entrevista se agendó en el pasaje más bonito de esta ciudad.
Además de músico, acuñó en el trato un término que utiliza y que quienes lo conocen lo usan con él: “ídolo”. “Como no me acuerdo de los nombres muchas veces lo uso, la gente se siente bien y yo también”, le responde a ese columnista. En la actualidad Tripas Calientes está integrada por Caminos, Bazzano y Peca Vallejo y Gonzalo Aragón.
- Hay tres bandas, según recuerdo en este momento, que han realizado canciones sobre la ciudad.
- Bueno, nosotros tenemos tres temas. Somos un grupo urbano desde el inicio. “Amanece en el Bajo”, “Crónicas de Villa 9 de Julio” y “Juan V. Justo”. Surgieron desde mi experiencia personal. Yo nací y viví mi infancia en una zona limítrofe en Barrio Norte (Balcarce y España) y Villa 9 de Julio; a mi novia la visitaba en Las Piedras y Moreno, y cuando me iba tomaba el ómnibus en El Bajo... Luego, una noche recorrimos con ella Villa 9 de Julio y ahí surgieron mis letras, después de que alguien nos tocó fuerte el auto y nos preguntó, desafiante, qué hacíamos allí. Son hechos trágicos los que habían sucedido. Me pegó mucho y lo escribí en el tema; que la gente ya no se saludaba. Son lo más urbano de Tripas.
- Pero también tienen un tema como “Careta”, que dice mucho de Barrio Norte.
- Sí, tomé en ese tema cuatro ámbitos caretas, donde aparecen el rockero, el folclorista, el psicobolche… Nosotros tenemos cuatro discos grabados en vivo, y un total de 50 canciones propias. Encontramos un estilo propio, una identidad, era como una receta, con rock, tango, jazz, algo de folclore y el blues. En ese tema estaba el concheto de ese barrio, el rockero, el artista en general, y el folclorista. Le di con un caño a todos aquellos que usan esa imagen. Creo que el 95 % de los letras son urbanas. Me eduqué siete años en el Sagrado Corazón y 17 años tardé en deseducarme.
- Son temas de identidad esos, están en el grupo, marcan.
- Sí, con “Nací con el blues”, que surgió en un viaje de luna de miel en New Orleans en un hotel de negros, con manija de bronce, no había ningún blanco, porque éramos turistas. Una noche me desperté y le dije a mi novia toda la canción. Eso no fue compuesto, estaba dictado por algo, certificaba que no fui de acá. Ahí nació esa canción como aquí “Juan V. Justo”, un espacio en el que me manejaba con mucha naturalidad, caminaba en la madrugada y los policías me miraban diciéndome que tenía que ir a dormir ya en el hotel, que era un peligro esa zona. El nombre nace inspirado por “Johnny be good”, tal vez el rocanrol perfecto, cuya traducción es “Juancito sé bueno”. Empecé a pensar una analogía; qué había en idioma español de un nombre que significara algo para nosotros. Lo encontré en “Juan B. Justo”, y cambié la B (de Bautista) por V (con la v corta), tal como queda en el estribillo.
- Entonces, fueron cuatro discos y una quincena de canciones que en están por ahí.
- Ahora estamos completando unos temas más para un nuevo álbum que estamos terminando. Todos fueron grabados en un estudio o en un teatro, pero en vivo, porque de otra manera se pierde la energía que buscamos. Porque Tripas es muy fuerte en el escenario, lo que más pega está en la escena es lo que decimos y cómo lo decimos, lo que tocamos y cómo lo tocamos. Nos salimos del libreto y cuando eso sucede es cuando mejor sonamos.