KIEV, Ucrania.- El ejército ucraniano sigue avanzando en la región rusa de Kursk y pretende crear una “zona de amortiguamiento” y corredores humanitarios, afirmaron ayer autoridades de Ucrania, al cumplirse ocho días de una operación a gran escala en territorio ruso.
Ucrania, confrontada desde hace dos años y medio a una invasión rusa, tomó por sorpresa a su enemigo lanzando el 6 de agosto la mayor incursión de un ejército extranjero en suelo ruso desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
“En la región de Kursk, estamos avanzando. De uno a dos kilómetros en diferentes zonas desde el comienzo del día. Y más de 100 militares rusos adicionales capturados en el mismo período”, indicó en Telegram el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Por la noche, el mandatario reiteró que sus tropas proseguían “bien” su avance. “Estamos alcanzando nuestro objetivo estrategico”, destacó.
La ex república soviética, independiente desde 1991, busca crear una “zona de amortiguamiento” (buffer zone, en inglés) en esa región rusa, anunció el ministro del Interior de Ucrania, Igor Klymenko. “El objetivo es proteger a nuestras comunidades fronterizas de los bombardeos hostiles diarios”, precisó.
La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, indicó por su lado que las tropas ucranianas planean “abrir corredores humanitarios para la evacuación de civiles: tanto en dirección de Rusia como de Ucrania”, y autorizar el acceso de organizaciones humanitarias internacionales a la zona.
La incursión ucraniana ya ha forzado la evacuación de más de 120.000 personas. También ha provocado la muerte de 12 civiles y más de un centenar de heridos, según las autoridades regionales rusas.
El ejército ruso indicó que sus fuerzas terrestres, apoyadas por la aviación, drones y artillería, “repelieron los intentos de los grupos móviles enemigos a bordo de vehículos blindados de penetrar en profundidad en territorio ruso”.
Alerta en Bélgorod
Zelenski informó de combates “difíciles e intensos” en la región de Kursk y afirmó que 74 localidades estaban bajo el control de Kiev. También dijo que “cientos” de rusos fueron hechos prisioneros.
En la región vecina de Bélgorod, el gobernador, Viacheslav Gladkov, decretó el miércoles el estado de emergencia por los intensos bombardeos de las fuerzas ucranianas.
El comandante del ejército ucraniano, Oleksander Sirski, reivindicó la toma de 1.000 km2 de territorio ruso.
Las autoridades rusas reconocieron el lunes que habían perdido el control de 28 localidades y señalaron que el operativo ucraniano abarca una zona de 40 kilómetros de ancho y 12 kilómetros de profundidad en territorio ruso.
Según cálculos realizados el martes por la agencia AFP a partir de datos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), que se basa en fuentes rusas, las tropas ucranianas han avanzado en una zona de 800 km2 en la región de Kursk.
A modo de comparación, Rusia ganó 1.360 km2 en territorio ucraniano desde el 1 de enero de 2024, según la misma fuente.
“Dilema” para Rusia
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, Gueorgui Tiji, afirmó el martes que Kiev no desea anexionarse ningún territorio tomado durante la operación en Kursk y que esta cesará si Moscú acepta una “paz justa”.
La ex república soviética se enfrenta desde febrero de 2022 a una operación militar lanzada por Moscú, que ocupa hasta el 20% de territorio ucraniano, incluida la península de Crimea, anexionada en 2014.
Las negociaciones entre ambos bandos están bloqueadas debido a sus exigencias difícilmente conciliables.
Zelenski dijo que busca elaborar un plan antes de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, su principal aliado, a fin de que sirva de base para una futura cumbre de paz que incluya al Kremlin.
Su homólogo ruso, Vladimir Putin, puso como condición para negociar que Kiev ceda los territorios ocupados por las tropas de Moscú y renuncie a ingresar en la Alianza Atlántica (OTAN), requisitos inaceptables para Ucrania y sus aliados occidentales.
Al referirse el martes por primera vez al tema, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que la ofensiva ucraniana crea un verdadero dilema para Putin.