13 Agosto 2024
Debido a la falta de poder adquisitivo que padece la población, el sector textil se encuentra atravesando una caída del 40% interanual en su nivel de actividad. Esto deviene en paralización de máquinas, suspensiones, despidos de personal o el mismo cierre de una fábrica. Es por eso que para hablar en profundidad sobre este tema, este medio dialogó con Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer.
“El sector textil viene atravesando una caída en su nivel de actividad, que hoy lo tenemos en torno al 40% de caída interanual y estos niveles se vienen consolidando en este último mes”, comentó Luciano Galfione. “A partir de junio podemos decir que dejó de caer, pero se estabilizó en niveles muy por debajo de los niveles compatibles con una actividad rentable y 6 de cada 10 máquinas las tenemos paradas en nuestras fábricas”, agregó.
Posteriormente, Galfione planteó: “Nuestro sector vive, esencialmente, del mercado interno y depende muchísimo del poder adquisitivo de la población”. Luego, manifestó que, “la gente para vivir necesita 2 cosas, alimentarse y vestirse, tiene que alimentarse primero, con lo cual, cada vez que a la gente no le alcanza el dinero para llegar a fin de mes lo primero que se restringe en el consumo es la indumentaria”.
La inversión en el sector textil se encuentra parada
“El crédito tiene sentido cuando uno tiene niveles de actividad que permiten proyectar o aumentar su capacidad instalada”, sostuvo el entrevistado, que después completó: “Las inversiones que hizo el sector textil, más de USD 1.400 millones en los últimos 3 años, han aumentado la capacidad instalada, la productividad y la calidad de los productos que nosotros fabricamos, sin embargo, todas esas inversiones hoy están paradas”.
Por otro lado, el presidente de la Fundación Pro Tejer señaló: “Las estadísticas marcan que casi el 50% del mercado textil argentino es importado y no es importado ahora, era importado antes”. Sobre la misma línea, remarcó que, “lo que fue cambiando en las distintas administraciones fue que no es lo mismo importar la prenda terminada que lo necesario para producir”.
“Argentina tiene un problema de falta de competitividad sistémica que afecta a toda la economía, porque en Argentina no es cara la indumentaria”, expresó Galfione. Para finalizar, dijo que, “todo lo que se produce en forma eficiente y productiva, cuando llega al consumidor final, llegan productos no competitivos”.
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