Alzheimer: cinco cambios de comportamiento que pueden ser una alerta temprana

Alzheimer: cinco cambios de comportamiento que pueden ser una alerta temprana

Existen determinadas conductas que deberían ponernos sobre aviso si las observamos en amigos o familiares mayores de 50 años.

Alzheimer: algunos cambios de comportamiento ayudan a la detección temprana de la enfermedad Alzheimer: algunos cambios de comportamiento ayudan a la detección temprana de la enfermedad Wired
Hace 4 Hs

Las personas con alzheimer o demencia no sólo experimentan problemas en áreas de la cognición como la memoria, el aprendizaje, el pensamiento, la comprensión y el juicio: también pueden experimentar cambios en sus comportamientos habituales.

Cuando un individuo sufre cambios cognitivos y también conductuales que interfieren con su independencia funcional, se considera que sufre demencia. Sin embargo, cuando estos cambios no interfieren en la independencia de una persona, pero siguen afectando negativamente a sus relaciones, hablamos de deterioro cognitivo leve (DCL) y deterioro comportamental leve (DCoL), respectivamente.

El DCoL y el DCL pueden darse juntos pero, en un tercio de las personas que desarrollan alzheimer, los síntomas conductuales aparecen antes que el deterioro cognitivo. Detectarlos a tiempo puede ser útil para aplicar tratamientos preventivos antes de que aparezcan síntomas más graves.

Cinco extrañas conductas que pueden ser una alerta temprana de Alzheimer

1. Apatía
La apatía es una disminución del interés, la motivación y el impulso.

Una persona apática puede perder el interés por los amigos, la familia o las actividades. Puede desaparecer su curiosidad por temas que normalmente le interesaban, perder la motivación para cumplir con sus obligaciones o volverse menos espontánea y activa. También puede dar la sensación de que carece de emociones que le eran propias, o de que ya no le importa nada.

2. Desregulación afectiva

Un individuo que experimenta desregulación afectiva puede desarrollar tristeza o inestabilidad del estado de ánimo, pero también volverse más ansiosa o preocupada por determinados acontecimientos o por recibir visitas.

3. Falta de control de los impulsos

El descontrol de impulsos implica una incapacidad para retrasar la gratificación. Una persona con descontrol de impulsos puede volverse agitada, agresiva, irritable, temperamental, discutir mucho o frustrarse con facilidad.

También puede volverse más obstinada o rígida, de modo que no está dispuesta a ver otros puntos de vista e insiste en salirse con la suya.

A veces puede desarrollar conductas sexualmente desinhibidas o intrusivas, mostrar conductas repetitivas o compulsiones, empezar a robar en comercios, o experimentar dificultades para regular el consumo de sustancias como el tabaco o el alcohol.

4. Inadecuación social

La inadecuación social se refiere, principalmente, a la dificultad para adherirse a las normas sociales en las interacciones con los demás.

Las personas socialmente inadecuadas pueden perder el criterio social que tenían sobre qué decir o cómo comportarse. Es posible que se preocupen menos por cómo sus palabras o acciones afectan a los demás, discutan abiertamente asuntos privados, hablen con extraños como si les fueran familiares, digan cosas groseras o carezcan de empatía en las interacciones con los demás.

5. Percepciones o pensamientos anormales

Una persona con percepciones o pensamientos anormales puede sospechar de las intenciones de los demás o pensar que otros planean hacerle daño o robarle sus pertenencias. También puede describir que escucha voces o habla con personas imaginarias, y actuar como si viera cosas que no existen.

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