Desde hace algunas semanas, y casi sin pedirnos permiso, tenemos una nueva herramienta de inteligencia artificial en nuestro celular. MetaAI se coló por nuestras plataformas de WhatsApp y Messenger (ambos productos de Meta) y de pronto contamos una decena de asistentes capaces de responder cualquier inquietud que nos surja, en cualquier momento. Sin embargo, MetaAI presenta algunas características que la diferencian en el catálogo de propuestas que supimos conocer en menos de dos años y para conocerlo mejor podríamos preguntarnos en qué se diferencia de ChatGPT, el primero de la saga y hasta ahora el más popular de los asistentes.
El valor de MetaAI está en su integración con una de las aplicaciones más utilizadas en el mundo. Sumar una nueva herramienta dentro del ecosistema tecnológico que ya poseen los usuarios fue un gran acierto de la compañía para tener un mayor alcance desde su lanzamiento. Ahora es un contacto más, pero se diferencia del resto por estar las 24 horas disponible para responder o conversar sobre cualquier tópico. Esa es una de las principales diferencias con ChatGPT, la cual fue pensada como una plataforma en sí, a la cual se accede por la web o bien como aplicación. La creación de OpenAI está pensada como un entorno aparte y cuando se presentó a fines de 2022 tomó un tiempo entender de qué se trataba dicha novedad. No era un simple chat, no era un buscador, no era una red social: era “la” inteligencia artificial y sin dudas la que ayudó a materializar dicha noción para la mayoría de las personas.
La integración de MetaIA en los servicios de mensajería le imprime ciertas características que la difieren también de ChatGPT por su disponibilidad. Pretende estar todo el tiempo cerca no solo del usuario sino también de su entorno de contactos. Uno puede “invitar” a MetaAI dentro de los grupos de WhatsApp para que todos lo lean y le pregunten. También puede sumarse a una conversación privada si es que alguno de los usuarios lo invita como una forma de validar datos que quizás estén en una discusión.
ChatGPT es más bien un entorno separado. Con cada conversación se crea una pestaña en el historial del usuario para que pueda volver a ella cuando lo desee. De este modo, se pueden organizar tópicos para que las respuestas del chat sean más precisas. Quien pretenda contar con un asistente de trabajo diario, sea cual fuese su profesión, quizás encuentre más valor en esta tecnología. Además, las respuestas de ChatGPT suelen ser más extensas y tienen mayor complejidad. Si bien los dos bots pueden crear imágenes, solo ChatGPT admite que el usuario adjunte archivos y esta capacidad abre un abanico más profesional de trabajo: se pueden hacer consultas sobre documentos de texto, hojas de cálculo, fotos, presentaciones o archivos PDF.
Ambas herramientas están conectadas con información en tiempo real de la web y en las últimas actualizaciones ChatGPT comenzó a incorporar las fuentes de consulta en las que basa sus respuestas como Wikipedia y artículos publicados en medios de comunicación. MetaAI también lo hace pero sus fuentes son más escasas.
Aunque parezcan herramientas similares, con posibilidades casi idénticas, ambos productos están pensados para distintos tipos de usuarios y diferentes aplicaciones. Quien quiera un asistente más casual, coloquial y directo, cuenta con MetaAI en su WhatsApp, el cual le brindará información rápida que con el tiempo será cada vez más asertiva. Quien necesite de “compañero” de trabajo, capaz de resumir información, analizar o procesar datos estadísticos, programar código y trabajar con documentos de trabajo, no tiene que dudar en elegir a ChatGPT.
Privacidad
Sin embargo, hay un punto importante en esta comparación que destaca el propio ChatGPT al consultarle por la privacidad y seguridad de los datos. Según su respuesta, el enfoque de OpenAI en esta materia implica “anonimizar las interacciones de los usuarios”, mientras que destaca que MetaAI, al estar integrado en WhatsApp, incluye cifrado de extremo a extremo y se adhiere a estrictos estándares de privacidad. Un gran punto a favor de la simpleza, pero si me preguntan, todavía me quedo con ChatGPT.