El cambio a tiempo de Diego Flores que le permitió a San Martín de Tucumán seguir como líder en la Primera Nacional
El alocado festejo de todos en La Ciudadela tras el agónico gol de Iván Molinas tiene una explicación: San Martín sumó una victoria tan sufrida como importante para mantener el liderazgo de la zona A de la Primera Nacional.
Pero claro, el festejo también fue furioso porque al equipo que dirige Diego Flores le costó demasiado sacar adelante un partido “chivísimo” contra un Chacarita que había llegado a Tucumán con la lapicera en mano para firmar el punto.
Ante la ausencia de Matías Ignacio García, Flores no modificó el esquema. Con el ingreso de Gonzalo Rodríguez en la formación inicial, el DT movió una pieza; mandó a “Caco” García al centro del campo para conformar el doble pivot junto a Gustavo Abregú y el 4-2-3-1 no sufrió alteraciones.
Esa modificación casi le cuesta caro a San Martín; porque el dueño de casa “perdió” 70 minutos con el ex Belgrano y Gimnasia de La Plata jugando demasiado lejos de los dominios de Marino Arzamendia.
Desde su regreso a Bolívar y Pellegrino, “Caco” venía siendo clave en la estrategia jugando recostado por la izquierda y conformando un buena sociedad con Juan Cuevas, que le había rendido buenos dividendos al “santo” en la generación de fútbol.
Está vez, durante poco más de una hora, “Caco” pisó poco y nada la zona de fuego y de esa manera la generación de juego recayó solamente en Cuevas. Con Lautaro Fedele y “Turbo” un poco erráticos, el fútbol no aparecía, el “santo” generaba poco en los últimos metros, se hacía demasiado previsible y el empate no sólo le cortaba la inspiración ganadora, sino que además le quitaba la cima porque el “santo” sanjuanino ya había sumado de a tres en su duelo contra Talleres de Remedios de Escalada.
Pero Flores tomó nota de eso justo a tiempo y mandó a la cancha a Pablo Hernández en lugar de Fedele. A partir de ese cambio, “Tucu” se paró en el medio, “Caco” volvió a su función original y el “santo” comenzó a acercarse al arco más “funebrero”.
Sin embargo, más allá de que en los últimos minutos se mostró incisivo, dejando en claro que no se conformaba con el empate, San Martín no tuvo su mejor tarde ni por asomo.
Esta vez abusó demasiado del pelotazo y en los últimos metros no estuvo resolutivo. Para colmo, el empate era un negocio redondo para una visita que se tomó su tiempo en cada pelota.
El gol de la victoria llegó luego de que “Caco” mandara al área a Molinas que pretendía lanzar el córner y tras una serie de rebotes que terminó con Arzamendia vencido, con sus compañeros tendidos en el campo y con un estadio explotando de júbilo.
Flores entendió que “Caco” es más determinante en los metros finales del campo y movió las piezas en el tablero en el momento preciso.
De esa manera San Martín sumó tres puntos claves, en tiempo adicionado y en el famoso “arco de los milagros”; para dar un paso importantísimo y seguir mirando a todos desde lo más alto de la zona.