El uso de celulares en la vida cotidiana es indiscutible, pero ¿hasta qué punto es beneficioso para la educación y el desarrollo de nuestros hijos? Silvana Contreras, vicepresidenta del Colegio de Psicólogos de Tucumán, se refirió al tema durante una entrevista con el periodista Leo Noli, de LG Play.
Contreras subraya que el fenómeno del uso masivo de celulares es relativamente nuevo y plantea desafíos inéditos para los profesionales de la salud y el ámbito social. “Estamos viendo adicciones a las tecnologías de la información y comunicación (TIC), a los videojuegos, a las apuestas en línea. Pero también los chicos los usan para desarrollar contenidos. Entonces, claro que sirve, pero con un límite”, puntualiza.
Uno de los aspectos más preocupantes es cómo manejar la creciente dependencia de los niños y adolescentes hacia los dispositivos móviles. Contreras señala que esta conducta no solo es atribuible a los jóvenes, sino que los adultos también juegan un papel clave en fomentar este hábito. “Somos los adultos quienes hemos empujado esta tendencia. En una sala de espera, es común ver a niños de tan solo un año manejando videos en YouTube o TikTok”, comenta.
En el ámbito educativo, el uso del celular interrumpe la dinámica de clase. Las pantallas interactivas están diseñadas para atraer la atención, lo que dificulta la concentración en las tareas escolares. Según Contreras, la solución a este problema es compleja y requiere la colaboración de docentes, padres y la sociedad en general. “Tenemos que ser súper creativos para sacarles el celular y ofrecerles otras alternativas que estimulen otras áreas cognitivas”, sugiere.
Ayudar a los padres
Para los psicólogos, el desafío es cómo ayudar a los padres a establecer límites saludables. “Proponemos que todos en la familia dejen el celular a un lado durante el almuerzo, o que a partir de cierta hora de la noche se apague el internet. La clave es reestablecer vínculos familiares, apostar a la conversación, a escuchar a los hijos”, recomienda Contreras.
También pidió que los políticos se tomen en serio el tema, en particular, el de los juegos en línea.