“A veces la historia incomoda y está bien que así sea”

“A veces la historia incomoda y está bien que así sea”

La presentación del libro “Los tiempos del Congreso en 1816” generó un lindo debate.

EN LA CASA MUSEO DE LA CIUDAD. Robin, Guerra y los autores del libro, Mitrovich y Nanni, juntos en el panel. EN LA CASA MUSEO DE LA CIUDAD. Robin, Guerra y los autores del libro, Mitrovich y Nanni, juntos en el panel. La Gaceta / foto de Diego Aráoz

“Este es un libro que se escucha, que se huele, una historia de personas. Es simple y complejo a la vez, un poco borgeano en ese sentido. Es también un libro de historia social, caleidoscópico y polifónico. Como dijimos desde el principio, una mirada desde adentro”. Facundo Nanni encontró estas definiciones para referirse a “Los tiempos del Congreso en 1816”, presentado ante un auditorio colmado en la Casa Museo de la Ciudad. Nanni y Valentina Mitrovich lo escribieron en el marco del Bicentenario y la Facultad de Filosofía y Letras (UNT) lo relanza en una edición corregida y aumentada; tiene más textos, más ilustraciones, un bello arte de tapa -cortesía de Lola Mora- y un segundo prólogo, a cargo de la historiadora Cecilia Guerra.

Mitrovich destacó por qué son tan necesarios los nuevos abordajes a episodios fundacionales, en este caso la Declaración de la Independencia. “Siempre está bueno hacernos preguntas sobre el pasado -apuntó-. Con Facundo habíamos recorrido las líneas históricas y las lecturas tradicionales sobre el Congreso de 1816 y nos propusimos salir de ese lugar, darle poesía... Le tenemos vergüenza a la poesía en la historia”.

Junto a los autores en el panel estuvieron Guerra y Sergio Robin, decano de la Facultad. El sello Humanitas publicó el libro, por lo que su directora Susana Molina hizo las presentaciones de rigor y leyó una elogiosa nota enviada por el Departamento de Historia con la firma de su titular, Olga Sulca. Ella asistió a la convocatoria, al igual que varios docentes, académicos y representantes de la cultura en general.

Mitrovich y Guerra coincidieron al subrayar una de las fortalezas del libro: el rescate de voces y de hechos por lo general silenciados o ignorados. Aquí aparecen el público que asistía a los debates y el peso de sus opiniones, las mujeres, los sirvientes, los esclavos; a la vez la cotidianeidad de la casa que albergó el Congreso. Se trata de la polifanía de la que hablaba Nanni.

“Es un trabajo académico y científico, pero además una obra de divulgación que muestra los grises de ese Congreso, porque a veces la historia incomoda y está bien que así sea”, sostuvo Guerra, quien siguió de cerca el recorrido del libro desde su génesis. Ella era directora de la Casa Histórica y allí trabajaban Nanni y Mitrovich cuando vio la luz la primera edición. Está claro que el ámbito tuvo muchísimo que ver. “Es el tercer museo más visitado del país, un espacio de educación no formal que habilita muchas experiencias con la gente”, enfatiza Mitrovich, quien se desempeña como responsable del Área de Investigación de la Casa y es docente, al igual que Nanni.

Detalles

“Los tiempos del Congreso en 1816” traza un arco que va desde los prolegómenos del Congreso y el arribo de los protagonistas hasta fines de ese año, antes de que los debates se trasladaran a Buenos Aires. Justo en el medio se narran los detalles de lo decidido y firmado el 9 de julio.

“Publicamos este libro que es fruto del trabajo de nuestros docentes e investigadores, y lo digo con orgullo y cariño. Destaco la calidad del contenido, la claridad del lenguaje y su amenidad. Pienso en lo valioso que puede ser para los estudiantes secundarios por su agregado pedagógico y sus posibilidades educativas”, comentó Robin. El decano de la Facultad se refirió a las “ficciones orientadoras” que alimentan textos y actos escolares; relatos de nación que tradicionalmente se construyeron desde el puerto. Libros como este, advirtió, son los que cambian ese paradigma y por eso lanzó una idea: publicar desde Humanitas una colección que siga esta línea. “Hay varias ideas para desarrollar... La Madrid, Bernabé Aráoz, Monteagudo, el Ejército del Norte... -enumeró-. Son formas con las que la universidad devuelve lo que la sociedad invierte en ella”.

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