Caminar es de esas actividades que no necesitan mucha preparación. El único conflicto que puede presentarse además de decidir qué calzado usar puede ser definir en qué momento del día es mejor realizar este ejercicio.
Elegir los momentos del día donde realizar actividad física supone una decisión importante. Esto se debe a que la mayor parte de nuestro día se configurará en torno a este y en la resolución se debe tener en cuenta en qué momento nos sentimos más energizados y dispuestos a realizar actividad física.
Así surge el dilema entre dos momentos del día, la mañana y la tarde, para definir qué momento de la jornada es más conveniente para acercarse al objetivo de bajar de peso. Ambos tienen particularidades únicas, presentando tanto ventajas como desventajas que deben tenerse en cuenta.
¿Cuáles son los beneficios de caminar por la mañana?
Para aquellos que alguna vez eligieron la opción de caminar por la mañana puede que hayan terminado encantados con la experiencia. El sol que acompaña en el proceso de madrugar y se alza en el cielo mientras recorremos el parque o la ciudad. Este tipo de actividades determina prácticamente el tono de nuestro día, con una mirada más positiva y energizada.
Comenzar el día con una pequeña caminata puede elevar el ritmo cardíaco y activar el metabolismo, lo que provoca que nuestro cuerpo siga consumiendo calorías a un nivel más acelerado durante el día. Además esta inyección de ejercicio matutina mejora nuestro ánimo y niveles de energía, lo que tiene como efecto un día más productivo. Por útlimo, el caminar por la mañana puede ser una rutina más sostenible en el tiempo ya que es menos pasible de ser interrumpida por otras actividades.
Los beneficios de caminar por la tarde
Caminar por las tardes también presenta una serie de beneficios y ventajas. En este caso, el ejercicio que realizaremos puede ayudarnos a lo contrario que el matutino, ya que nos facilitará la relajación y la liberación de energía luego de un día ajetreado de trabajo.
Una caminata post - trabajo puede ayudar a eliminar toda la tensión acumulada facilitando un efectivo descanso mental, lo que lo hace una transición ideal para el resto de actividades en el día. Además las caminatas en estos momentos del día pueden ayudar a prevenir malas digestiones.
Una caminata después de cenar puede ayudar a nuestro cuerpo a procesar lo que hemos comido anteriormente, reduciendo los antojos que se producen a mitad de la noche. Se trata de una alternativa más flexible y práctica que puede resultar sumamente placentera luego de que el sol se esconde y las temperaturas descienden.
Así entre estos beneficios, será decisión de cada uno elegir el que más se acomode a sus tiempos y necesidades, siempre disfrutando de esta actividad.