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DESDE FEBRERO. El costo del boleto de colectivo urbano en San Miguel de Tucumán asciende a $690. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SANCHÉZ NOLI
El transporte público atraviesa un escenario de crisis desde hace ocho años, advirtió el portavoz de los empresarios, Jorge Berretta. De hecho, el sector cuenta con distintos frentes de conflicto abiertos; entre ellos, un reclamo salarial de los choferes y una marcada caída en los usuarios. “Nos tenemos que sentar todos los actores en busca de soluciones”, planteó el titular de la firma La Nueva Fournier SRL.
La Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) elaboró un informe que compara la cantidad de pasajeros trasladados durante 2023 y lo que va de 2024 en el ámbito de la Capital. El trabajo proyecta que la caída interanual será del 21,8%. Hasta ahora, los meses más críticos fueron marzo (-40% con respecto a idéntico mes de 2023), abril (-26%) y junio (-20,3%).
En este contexto, los empresarios sostienen una tensa negociación salarial con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que incluyó una manifestación por parte de delegados sindicales para exigir idéntica retribución a la percibida por los trabajadores del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Ante una consulta de LA GACETA, Berretta confirmó que “en Aetat se analiza la posibilidad de una suba o incremento en la tarifa vigente”. De todos modos, el planteo no fue formalizado ante el Concejo Deliberante, explicó el directivo de la entidad, ya que un eventual ajuste en el boleto “no alcanza” tampoco para superar este panorama. Por ello, indicó que es clave avanzar con una mesa de trabajo con representantes de la Provincia, del municipio y de los distintos sectores involucrados en el rubro.
“La idea es reunirnos con todos los funcionarios posibles para que, entre todos, podamos buscar la solución al tema económico de un vital servicio como el transporte público de pasajeros”, enfatizó Berretta.
El directivo de Aetat aclaró que los empresarios pueden estar dispuestos “a resignar rentabilidad”, pero que no resulta factible “resignar lo que se denomina amortización o capitalización, que es una parte del costo, y no estamos cubriendo esto hace mucho tiempo”. “Por eso la vejez de las unidades”, argumentó el vicepresidente de la entidad empresaria.
Destacó luego el rol del gobierno de Osvaldo Jaldo para el sostenimiento de la actividad, y destacó que “el transporte público está de pie y funcionando” estrictamente por los subsidios provinciales, dado que ni el municipio ni la Nación giran recursos. Sin embargo, añadió Berretta, en Tucumán se otorga un promedio de $2,5 millones por unidad, con un boleto a $690, mientras que en Salta, con una tarifa similar, se giran unos $9 millones por coche.
Lejos del top cinco
La última actualización tarifaria aprobada en Tucumán data de finales de febrero, cuando el Concejo de la Capital dispuso una suba cercana al 200% y fijó el boleto urbano en $690.
En aquel momento, la provincia se ubicó en el top cinco de pasajes en Argentina. En este tiempo, sin embargo, otros distritos fueron ajustando sus valores y dejaron a Tucumán en uno de los últimos puestos (43 sobre 48, según la nómina de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor).
El último listado está encabezado por Pinamar ($1.591), con Pergamino en segundo lugar ($1.400).
El último puesto es para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde se paga un mínimo de $270, un valor que generó críticas de la “Liga de Intendentes” dado que el esquema de compensaciones federales favorece al distrito porteño.
Esta semana se dictó la autorización para suba cercana al 37% en el AMBA, por lo que a partir del lunes 12 de este mes el boleto en suelo porteño pasará a costar $370.
Otras jurisdicciones que actualizaron recientemente el precio del pasaje fueron Córdoba y Rosario (pasó a $940 en ambos distritos) y Jujuy (quedó en $750).
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