“Estamos en la mejor racha de Sava, no hay que tocar nada”, dicen desde el entorno del plantel de Atlético Tucumán. Generalmente, por una cuestión psicológica los malos momentos parecen eternos, en tanto que los felices suelen parecer efímeros, fugaces. Es que el “decano” comenzó la segunda parte del torneo casi con la soga al cuello, cerca de la zona roja y sin convencer desde lo deportivo; además los refuerzos que fueron llegando -casi sobre la hora- eran una incógnita, pero en un par de semanas esa realidad parece haber mutado.
Lo que parecía complicado a la hora del debut de hace unos días (20 de julio 1-1 con Banfield) comenzó a mostrar buenos síntomas. En ese partido con el “taladro”, mostró dos caras: luego de un flojo primer tiempo, donde fue superado contra un equipo en formación, el “efecto Pulga” hizo de las suyas y ayudó a que las cosas mejoraran en el complemento, el “decano” se trajo un empate desde Buenos Aires y allí comenzó a construir este presente inmaculado.
Como se mencionó más arriba, siempre que la cuestión viene complicada es difícil aferrarse a algunos síntomas que puedan augurar una mejora, pero Facundo Sava que tiene apenas 16 partidos dirigidos en Atlético confió y por eso disfruta de haber conseguido dos victorias consecutivas por primera vez en el club, además de romper una racha de casi 10 meses sin ganar fuera de casa.
¿Qué pasó en el medio? El entrenador tomó un plantel que venía arrastrando una seguidilla de derrotas dolorosas y con el chip de perdedor instalado. Los inicios de “Colo” no fueron buenos, fue goleado por el “taladro” en su debut y luego por Talleres. Recibió siete goles en dos partidos y apenas convirtió uno. Al tiempo quedó eliminado de la Copa Argentina, luego fue goleado por Huracán en el cierre de la Copa de la Liga. Pero el entrenador no perdió la calma. Hasta ese momento, lo único positivo para el conjunto tucumano era que tanto Tigre como Central Córdoba estaban sumidos en una crisis aún más tétrica que la del conjunto tucumano.
Siempre cambió. Una de las cosas a valorar del entrenador es que no se encaprichó con ningún jugador. Hizo lo más practico: no se consiguen los resultados, se cambia. Así casi nunca repitió equipo y siempre trató de buscar variantes dentro de las posibilidades. Sacó a Matías Orihuela que llevaba casi un torneo jugando de manera ininterrumpida y la apuesta le salió más que bien porque se encontró con la regularidad de Juan Infante. Por la derecha confió en Agustín Lagos, arriba fue donde más modificó. Marcelo Estigarribia (para la óptica del entrenador) es uno de los mejores centrodelanteros en el plantel y por eso fue el que más jugó, pero Bajamich, Coronel, Giani, Bonfiglio fueron sus compañeros en esos momentos. Ahora, luego del mercado de pases, el inamovible parece ser Luis Miguel Rodríguez que ya tuvo dos titularidades acompañando a Bajamich en el ataque y saldo de 6/6 en puntos.
En el medio también probó variantes: Tesuri, Castro Ponce, Castro, Pereyra, Giani, alternaron por las bandas hasta que encontró en Renzo Tesuri el despliegue que quiere para la banda derecha y lo asentó como una fija. Tampoco le tembló el pulso para cambiar de arquero (Tomás Durso es una de las figuras del equipo) o para poner a Matías de los Santos como titular apenas llegó al club.
Sin embargo, más allá de lo puntual que tiene que ver con los nombres propios, el entrenador apostó por una manera de jugar más conservadora que en los primeros partidos, algo que le vino muy bien al equipo por las características de sus integrantes y por el momento emocional que atravesaba. De esta forma cambio resultados con muchos goles (casi siempre en contra, salvo el 3-2 a Gimnasia) por partidos más cerrados y que fueron favorables.
Atlético no pierde desde el 22 de mayo, cuando quedó eliminado de Copa Argentina y más allá del parate que hubo en el medio, es una muy buena noticia para todos en 25 de mayo y Chile. Desde entonces empató 1-1 con Platense, Vélez, Defensa y Banfield, además derrotó a Instituto (1-0) y Barracas (2-0), es decir sumó 10 puntos que lo acomodaron en todas las tablas, pero sobre todo funcionó como una inyección anímica para un grupo que necesitaba fortalecerse en base de buenos resultados.
“Estamos contentos, hay que seguir así, es importante tener al grupo contento y seguir sumando. Sabemos lo que representa Luis para el plantel y el club, están las cosas encaminadas y se están dando los resultados, concentro con él y estoy contento de tenerlo en casa”, dijo Guillermo Acosta, el capitán del equipo en relación con el buen presente del “decano”.
Acosta, como referente del plantel, es una voz autorizada para reseñar este buen momento y hablar del efecto Pulga. Que él traiga a la mesa de debate el nombre del “Pulguita” resume lo que sienten todos en el mundo “decano” por el regreso de “PR7”. El mercado de pases para Atlético continúa abierto (hace unas horas se desvinculó José Devecchi y Miguel Abbondándolo trabaja para concretar por lo menos dos llegadas más en los próximos días) pero la directiva ya parece haber dado en la tecla. “Pulga” le está dando al equipo ese toque distintivo que necesitaba en los últimos metros y De los Santos se acopló muy bien a Nicolás Romero en el sector defensivo. Gino Peruzzi ante el “guapo” ingresó y oxigenó la banda derecha, además de convertir; en tanto que Rodrigo Melo se mostró como un buen recambio para el tándem Acosta-Sánchez.
A los hinchas todavía le queda descubrir a Lautaro Godoy y a Juan Ignacio González Quiroga, que fueron unos de los últimos en sumarse a las prácticas y por eso todavía no tienen minutos oficiales, pero sin dudas ya están contagiados por el buen presente del equipo que por ahora parece haber salido de las sombras y está ante una nueva presentación que lo podría seguir elevando en esa pelea que tiene el “decano” por salir del pelotón de abajo en la tabla anual.