¿Por qué resulta vital realizar un seguimiento acerca de la evolución de las reservas internacionales del Banco Central? La recuperación del stock de divisas es una de las variables fundamentales para el saneamiento de la hoja de balance de la entidad monetaria, clave para el plan que motoriza el presidente Javier Milei, pero también para seguir relajando las restricciones cambiarias, más conocida como cepo, de tal manera que la economía alcance su estabilización, tal como lo advierte el economista del IAE Martín Calveira. Pero el mercado también sigue de cerca la evolución de las reservas netas. Luego de haberse recortado en U$S 10.000 millones el rojo heredado al 11 de diciembre pasado, para llegar a un saldo negativo de las reservas netas de U$S 1.014 millones el 18 de junio pasado, desde entonces se retomó la trayectoria descendente hasta llegar a un saldo negativo estimado en unos U$S 3.000 millones.
El Gobierno respiró ayer con relativo alivio. Recompuso las reservas del BCRA que, realizó la compra más importante de divisas en el mercado por unos U$S 145 millones. Aquellas reservas brutas terminaron la jornada en U$S 27.065 millones, casi U$S 666 millones más que el miércoles pasado. En el medio se observó que se postergó, por unos días, el pago de vencimientos de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por U$S 779 millones, algo que, inexorablemente, sucederá entre hoy y el martes. “Todavía no se han debitado esos fondos”, reconocen en el Palacio de Hacienda. En el medio operó también el desembolso de parte de un crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el fin de equilibrar la situación del Central.
Pese a todo esto, en el mercado siguen las preocupaciones por la dinámica de las reservas, a la espera de que el saldo negativo que dejó julio pueda revertirse en agosto a través de créditos de organismos multilaterales y menores pagos respecto al mes anterior. Ocurre que la expansión del volumen ha venido recientemente acentuando el resultado negativo para el BCRA, toda vez que el “blend” resta divisas en esa plaza oficial aunque contribuye a la reducción de la brecha cambiaria, advierte el economista Gustavo Ber. De ahí el descenso que vinieron exhibiendo los dólares financieros -más allá del respiro de las últimas ruedas- frente a un mayor ingreso de fondos por el blanqueo y obligaciones impositivas, lo cual ha llevado a neutra la relación de canje entre el Contado con Liquidación (CCL) y el MEP. “Nuevos créditos, proyectos de inversión y mejoras en las tasas reales que contribuyen a mayores rebalanceos hacia colocaciones en pesos -en especial a través de las Lecap- podrían contribuir a extender una contracción de la mano del sector privado, dado que las intervenciones estarían en pausa”, indica Ber.
La volatilidad cambiaria está latente. Y así arrancó agosto. Los dólares financieros revirtieron la tendencia y se ubicaron por encima de los $ 1.300. En tanto, el “blue” subió a $ 1.380 para la venta. Las cotizaciones financieras vienen de acumular caídas de hasta 4,8% en julio a raíz de la intervención del Central para bajar la brecha, la venta de bonos corporativos y en medio del blanqueo de capitales impulsado por el Gobierno.
La nueva estrategia monetaria que aplica la administración Milei puede acelerar el proceso de desinflación que tiene la economía. Según el economista Gustavo Reyes, al volcar parte de las reservas compradas al mercado cambiario libre, esto afecta negativamente las cotizaciones de dólar en estos mercados y reduce la dinámica de los precios internos de los bienes exportables (a través del “blend”) e importables (parte de las importaciones son pagadas con el dólar libre). Sin embargo, considera el experto, la nueva regla monetaria también genera efectos adversos ya que reduce la “acumulación” de reservas del BCRA en un contexto donde la autoridad monetaria aún posee reservas netas negativas.
Evaluando “costos y beneficios”, el nuevo esquema monetario destinado a acelerar el proceso desinflacionario claramente reduce la acumulación de reservas. Dependiendo de las magnitudes y de cómo el mercado termine evaluando estas ventajas y desventajas; la confianza en la economía y el riesgo país pueden mejorar o resentirse y terminar acelerando o reduciendo la velocidad de recuperación de la economía durante el segundo semestre de este año, concluye Reyes.
Otros indicadores
La volatilidad también alcanzó a los papeles bursátiles. Las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street (ADR) cayeron con fuerza, mientras que los bonos borran sus ganancias iniciales y el riesgo país opera por encima de los 1.500 puntos básicos. Entre las principales pérdidas de los ADR se encuentran los papeles de Tenaris (-9,4%), Despegar (-6,9%) e YPF (-4,9%). La desconfianza, además, se observó en las operaciones de deuda. El Ministerio de Economía realizó el canje de deuda en pesos exclusivo para bancos que habían aceptado rescindir los seguros del Central sobre títulos públicos. La operación mostró bajo interés por parte de las entidades financieras involucradas, ya que de la conversión sólo participó el 26%. La propuesta pareció poco atractiva para los bancos porque implicaba extender la duración de los bonos en cuestión: del total de $ 13,17 billones en títulos que estaban habilitado para participar de la conversión (los bonos que actuaban como colaterales de los “puts” que rescindieron los bancos), se canjearon $ 3,76 billones.
Los dólares de los ahorristas: los bancos podrán aceptar “caras chicas” y deteriorados
El BCRA busca que los bancos acepten todos los dólares que los ahorristas pueden llevar a las entidades y por eso les ofrecerá hasta diciembre próximo la opción de recibir billetes en mal estado en la autoridad monetaria y enviarlos a la Reserva Federal de Estados Unidos para allí cambiarlos por nuevos. Algunos bancos argentinos no aceptan a sus depositantes billetes dañados o los famosos “cara chica”. El Central ahora les permitirá a las entidades “depositar” estos billetes en el BCRA para luego enviarlos a la Reserva Federal y realizar el canje. Esto puede apuntalar el blanqueo, sobre todo en pequeños ahorristas.