Sin lugar a dudas, el de hoy fue el mejor partido de Atlético en el año. Aunque recién lo pudo liquidar en el final, fue claramente superior durante todo el duelo, y lo ganó más que merecidamente. Pero, ¿hubo algún cambio en el planteo de Facundo Sava con respecto a juegos anteriores? La respuesta es no.
Los “11” que saltaron a la cancha fueron los mismos que jugaron de arranque contra Instituto. Pero el nivel exhibido en cancha de Huracán fue muy superior al que había mostrado en el juego contra la “gloria”.
Otra vez, como casi siempre a lo largo de su ciclo, Sava plantó un 4-4-2. Quizás la diferencia principal con los partidos anteriores fue el planteo del rival. Barracas, acostumbrado a ser (o a tratar de ser) protagonista cuando le toca jugar de local, salió con un 4-2-3-1, con Rodrigo Herrera y Siro Rosané como doble cinco; Manuel Duarte como una especie de enlace, y Marco Iacobellis y Maximiliano Zalazar por las bandas. En tanto que Jhonatan Candia fue el único referente de área. Pero lejos de lo esperado por el DT_Alejandro Orfila, el “guapo” nunca pudo agarrar la pelota.
Y eso, en gran medida, se debió al nivel de Atlético. En la mitad de la cancha, Adrián Sánchez exhibió un altísimo nivel y con Guillermo Acosta complementándolo de manera correcta, manejaron los hilos del partido. Pero más importante aún, al menos en la faceta de construcción de juego, fueron Luis Miguel Rodríguez y Joaquín Pereyra.
Este último encontró en “Pulga” un gran socio ya que, pese a arrancar como delantero, el simoqueño se mueve por todo el frente de ataque y esta vez se tiró a los costados cada vez que hizo falta. Entre los dos, causaron estragos en la defensa rival.
Pero la superioridad no se explica sólo por la jerarquía de los dos jugadores con más calidad que tiene Atlético, ni por la presencia en el mediocampo. Uno de los factores claves fue la gran tarea de los laterales Moisés Brandán y Juan Infante. Más allá de su seguro trabajo en defensa, ambos fueron muy incisivos en ataque, aprovechando la poca vocación defensiva de los volantes/extremos de Barracas.
De hecho, el penal que deriva en el primer gol llega tras un centro de Brandán y una falta cometida contra Infante; mientras que el segundo gol fue de Gino Peruzzi, que reemplazó a Brandán.
También fue importante la figura de Mateo Bajamich. El cordobés, lejos de ubicarse como clásico “9”, se movió por todo el frente de ataque quitándoles referencia a los centrales, y estuvo muy acertado en la toma de decisiones. Sí; sólo le faltó la puntada final.
En los últimos 20 o 25 minutos, Sava decidió resguardarse poniendo una línea de cinco. La decisión pareció apurada pero le rindió frutos. Con Gianluca Ferrari sumándose a la zaga, Barracas casi no generó peligro y encima, el “decano” lo pudo liquidar de contra. Jugando así los resultados van a llegar.