Carlos Duguech
Analista internacional
A días de las elecciones presidenciales celebradas ayer en Venezuela el presidente Nicolás Maduro, en un acto en zona popular de Caracas se mostró como un predestinado que advierte a su pueblo: “El destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio. Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
Si hubiera que definir cuál de las críticas que recibió directamente Maduro tiene verdadera trascendencia, será la que expresó nada menos que Lula a periodistas de agencias internacionales, que se conocieron el lunes.
“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre. Maduro tiene que aprender, cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”. Claro que el imparable decidor que es Maduro no se quedó callado y por ello por única respuesta a su amigo Lula le recomendó “Té de manzanilla”.
Los veedores y la diáspora
Un buen número de espontáneos y programados veedores y observadores en Venezuela llegados de otros países apenas tocaron pista los aviones que los traían debieron prepararse para el despegue hacia su origen. De España, de Chile, de Panamá, y de otros países que ni imaginaron, aun conociendo los procedimientos arbitrarios del gobierno de Maduro, que en estas elecciones podía negársele hasta su permanencia en Venezuela. Fueron deportados compulsivamente. Entre ellos un tucumano, José Guillermo Godoy, presidente de la Fundación Federalismo y Libertad.
Los datos de ACNUR (“Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados”) dan cuenta del proceso que sufre Venezuela. El 25% de su población (30.352.000) emigró, principalmente a países de Sudamérica.
Los 7.770.000 venezolanos que abandonaron su país -la Venezuela errante- equivalen a las poblaciones sumadas de 10 provincias argentinas: Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Catamarca, Chaco, Misiones, Formosa. La Rioja y San Luis.
Desde el poder se han implementado trabas burocráticas y de todo tipo para minimizar las posibilidades de votación desde otros países. Ello para impedir seguros votos contra Maduro. La participativa de los votos desde fuera de Venezuela ha sido trabada con mecanismos de registración que limitaron esos votos, sin duda opositores.
Maduro, el chavista
El sucesor del “comandante Chávez”, a su muerte (marzo de 2013) se autodefinió en los hechos como su heredero político universal del país petrolero.
Sin el carisma del militar Chávez, intentó múltiples modos para lograr traspasar para sí mismo, no siendo militar, el apoyo de los uniformados. Hay un hecho que lo define “más papista que el papa”. Eligió la fecha de las elecciones porque ayer, 28 de julio, se cumplían 70 años del día de nacimiento de Hugo Chávez. Desde su huesa el comandante aún marca la política del país en el que fue golpista, condenado, amnistiado y elegido presidente.
Edmundo González Urrutia, el candidato con más chance, llegó a decir, como si fuera una especie de salvoconducto anticipado, que “confía en que las Fuerzas Armadas harán respetar el resultado”. Y ante ese “pecado” de preventiva sumisión, uno se pregunta sobre la naturaleza de esos dichos en una democracia, donde las fuerzas armadas tienen determinado su protagonismo en cuanto a la defensa nacional y custodios de la soberanía del país.
Pero, claro, no se deja de lado, casi como una toma de conciencia de ser sudamericanos, que los militares son un asunto de vital importancia en tanto explayaron su incumbencia en sus países como “políticos con botas” y con derecho a ejercerla manu militari.
Los comicios de ayer tienen la particularidad (como sucede en EE.UU.) no es obligatorio el voto. Siendo ello así, la oposición se esforzó en convencer a la ciudadanía en concurrir a votar.
Plataforma Unitaria Democrática (PUD) tiene dos cabezas visibles: la del candidato presidencial Edmundo González Urrutia, de bajo perfil, respetado, especialista en política internacional que fue embajador en Argentina. Y la muy popular y apreciada María Corina Machado, que ganó las primarias opositoras celebradas a fines de 2023 y que sobrelleva una dura condena política: fue inhabilitada por 15 años, nada menos, para postular a cargos públicos,.
Si la limosna es grande...
Sí, hasta el santo desconfía. Una expresión popular que se utiliza en ocasiones en las que, no importa el tema, se presume en determinadas ocasiones cuando hay evidencias de una forzada generosidad. Maduro dice que respetará el boletín oficial del Consejo Nacional Electoral.
Nicolás Maduro llamó a los demás candidatos presidenciales y partidos políticos a “respetar el boletín oficial del Consejo Nacional Electoral”. Y pontificó: “Palabra santa la del árbitro electoral”. Maduro dice que respetará el boletín oficial del Consejo Nacional Electoral. Ésta es la “limosna” del santo. Y la ofrece alguien que tiene mucho que explicar a la ciudadanía y particularmente a los tribunales independientes de un nuevo gobierno. No del suyo, naturalmente. Esa tan precisa declaración en medio de los comicios de que debe respetarse el “Boletín electoral” es muy probable, dados los antecedentes de Maduro, que ése será su “Aleph” desde donde obtendrá ratificación de su poder omnímodo.
Alberto Fernández cometió el pecado de decir, previo a volar a Venezuela como veedor del proceso electoral, que estaba de acuerdo con Lula en cuanto a lo del “baño de sangre” en boca de Maduro. Ese presidente que reiteradamente se muestra exhibiendo en su mano un pequeño libro, la constitución venezolana. Un modo de reafirmación de su acatamiento a la norma por excelencia de su país. Y acto seguido el presidente venezolano le pidió que no viajara. Lo dijo el propio ex presidente argentino. Y no viajó.
El “diario del lunes”
Es probable –por los antecedentes y por el “prontuario” de Nicolás Maduro- que en el diario de hoy se consignen despachos de agencias que darán cuenta de las maniobras y pronunciamientos del gobierno venezolano cuestionando con argumentos de peso (pesado) la eventual ventaja en las urnas del candidato González Urrutia del PUD. Aunque es probable que el mecanismo de manipulación de los comicios -a la hora en que el Consejo Nacional Electoral emita su informe provisorio- tendrá bien aceitados sus ejes para satisfacción del candidato Maduro. En palabras de María Corina Machado el ciudadano tiene derecho legal de participar en los escrutinios al cierre de los comicios. Citó leyes que lo determinan y en razón de la importancia del escrutinio les pidió a los fiscales que participaron que se queden en el lugar, con “una presencia ordenada”.
Se sospecha -está claro- que el régimen de Maduro con guantes meterá mano en el escrutinio. Habrá que ver. Es dudoso que Maduro acepte una derrota electoral. Se calzará, sospechamos, esos guantes para modificar los guarismos en su contra. No hay clima de tranquilidad post elección. Mal presagio para la democracia.