Con una actuación destacada tanto en defensa como en ataque, San Martín de Tucumán mostró cohesión y compromiso, reflejando el trabajo táctico y emocional de Diego Flores. La victoria por la mínima contra Talleres Remedios de Escalada no sólo mantiene al conjunto de Bolívar y Pellegrini en la cima de la zona A, sino que también reafirma la confianza del plantel en el técnico. Un aspecto que ya había quedado demostrado hace una semana en Buenos Aires contra Quilmes y que el presidente Rubén Moisello se encargó de subrayar.
“El entrenador siempre nos prometió intensidad, juego bien ofensivo, vertical y después de muchas fechas cumplió con su palabra. Esto puede ser un punto de inflexión en el campeonato. Se vio un equipo compacto, que tuvo muchas opciones de gol. Estoy muy conforme”, había declarado Moisello en la zona de vestuarios del Centenario. “Hubo toque, rotación, mucho juego, solidaridad... además, después del empate el equipo no se cayó. Supo volver a ponerse en ventaja y cuidó el resultado a lo San Martín”.
Justamente ese punto de inflexión del que habló el mandatario empezó post derrota contra Ferro 3-1. Luego del duro golpe recibido en Caballito, en los pasillos de La Ciudadela se rumoreaba fuerte sobre un cambio de nombre en la dirección técnica. No obstante, tras una charla entre la CD y el plantel profesional se tomó una decisión: los futbolistas entendían que la culpa era compartida y por ese motivo se comprometieron a responder en la cancha y a mejorar en el desarrollo del juego; un aspecto que se fue concretando de menor a mayor.
Posterior a la caída contra el “verdolaga”, San Martín le ganó por la mínima a San Miguel con el tanto de Junior Arias y luego dio una muestra de carácter lejos de casa ante el “cervecero”, con goles de Agustín Dattola y Gonzalo Rodríguez. Allí se sobrepuso al empate y explotó la jerarquía de sus futbolistas. En este caso, contra el “Tallarín” apostó por la misma fórmula y le salió a la perfección.
Los protagonistas del triunfo en La Ciudadela estuvieron en la mitad de la cancha, un puesto que era la principal falencia de Flores desde el inició la temporada.
Gustavo Abregú enganchó para dentro y le pegó de primera al palo izquierdo de Damián Tello. Un exquisito remate que provocó el delirio de los hinchas que, esta vez, se mostraron conformes con el nivel del equipo.
No obstante, en ese bloque de figuras también aparecen Matías Ignacio García (tuvo tres chances claras de gol y cambió los silbidos por aplausos), Matías “Caco” García (quien cumplió 100 partidos con la “rojiblanca”) y Juan Cuevas.
El ex Everton de Chile, por segundo partido consecutivo, se puso el equipo al hombro y fue el conductor de la tercera victoria al hilo para Flores. El “10” pivoteo por toda la cancha, enganchó ante la presión del rival y caminó al banco de suplentes entre una horda de aplausos.
Esa buena convivencia en el medio campo también tuvo la colaboración de una grata sorpresa: Máximo Levi. El zaguero central disputó su primer partido como titular en reemplazo del suspendido Juan Orellana y, a pesar de que tan sólo llevaba 14 minutos con la “rojiblanca”, no desentonó. Evitó cada avance del rival y hasta pasó al ataque con convicción. Como una especie de agradecimiento al propio Flores, que había puesto su nombre sobre la mesa durante el último mercado de pases.
A pesar de que no se menciona al resto de futbolistas, lo cierto es que el equipo en su mayoría respondió. Ese respaldo que había recibido Flores hace unas semanas nuevamente fue ratificado en la cancha. Si bien el resultado parece justo, lo cierto es que en el trámite San Martín fue amplio dominador. No sufrió en defensa, se mostró sólido en el medio y tuvo varias de peligro en ataque.
El próximo desafío para los dirigidos por Flores estará en Caseros. Estudiantes de Buenos Aires (otro de los candidatos) buscará las falencias de un equipo que, más allá de los nombres, parece consolidarse.