La misa de hoy: multiplicar los panes de la Caridad

La misa de hoy: multiplicar los panes de la Caridad

Presbítero Marcelo Barrionuevo.

Hace 8 Hs

Gentes de los pueblos vecinos habían acudido a un lugar alejado, junto al lago de Genesaret. Y mientras Jesús hablaba, ninguno pensó en el cansancio, ni en las horas de ayuno, ni en la falta de provisiones o en la imposibilidad de obtenerlas.

Las palabras de Jesús les han cautivado, les han llegado a lo más hondo del corazón, y se han olvidado del hambre y del camino de vuelta. Sin embargo, Jesús sí comprende nuestras necesidades materiales; por eso, se apiadó también de aquellos cuerpos exhaustos de quienes, por un motivo u otro, le habían seguido durante varios días. Y realiza el espléndido milagro de la multiplicación de los panes y de los peces.

Y cuando todos han comido y están entusiasmados por el milagro que han visto con sus propios ojos, el Señor aprovecha la ocasión para dar a los Apóstoles -y a nosotros- una lección práctica, a la vez, del valor de las cosas pequeñas, de pobreza cristiana, de buena administración de los bienes que se poseen.

Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: Recoged los trozos que han sobrado para que nada se pierda. Entonces los recogieron y llenaron 12 cestos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.

- Jesús nos muestra su magnificencia con la abundancia, pues todos comieron cuanto quisieron, y la necesidad de evitar el derroche inútil e irresponsable de los bienes; nos da ejemplo cuando se compadece de las multitudes y obra grandes prodigios, y también en estos detalles menudos.

- La grandeza de alma de Cristo se manifiesta en los grandes prodigios y en lo poco de cada día. “La recogida de lo que sobró es un modo pedagógico de mostrarnos el valor de las cosas pequeñas hechas con amor de Dios: el orden en los detalles materiales, la limpieza, el acabar las tareas hasta el final”. Durante 30 años de su vida estuvo ocupado en asuntos aparentemente sin trascendencia: elaborar cola para ensamblar unas maderas, aserrar troncos para fabricar muebles sencillos... Y también en estos trabajos de poco relieve externo estaba el Hijo de Dios redimiendo a la humanidad.

- El Evangelio nos muestra con frecuencia cómo Jesús, durante su vida pública, permanecía constantemente en diálogo con su Padre celestial, y a la vez estaba atento a las cosas materiales y humanas, a lo que ocurría a su alrededor: cuando devuelve la vida a la hija de Jairo ordena que le den de comer; ante el asombro general que causó la resurrección de Lázaro, es Él quien ha de decir: Desatadle y dejadle ir; sabe darse cuenta del momento en que sus discípulos tienen necesidad de descansar...

- Vemos a Jesús bien atento a las situaciones humanas, y nos enseña a nosotros a santificar esas menudas realidades corrientes: estar en las cosas de los demás, estar en las cosas de la casa: no vivir en las nubes.

- San Pablo nos recuerda en la Segunda lectura de la Misa la atención que debemos tener con todos aquellos con quienes nos relacionamos: sed siempre humildes y amables; sobrellevaos mutuamente con amor... Es una llamada a la afabilidad, a la paciencia, a la cordialidad..., a esas virtudes que permiten la convivencia y en las que mostramos que amamos a Dios y a nuestros hermanos los hombres.

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