Cartas de lectores: Día del Abuelo

Cartas de lectores: Día del Abuelo

Hace 11 Hs

La vida es algo extraño, no sabés cuándo sube o cuándo baja; como las nubes, sólo somos vapor en este mundo, pequeños cual partículas. Pero hay personas diferentes, grandes cual gigantes, que por los suyos no hay nada que se les ponga por delante. Y sí, te lo tengo que decir, sos mi referente, una de esas personas que al verte lo triste se me olvida. Hace unos meses llegué por tu casa sin avisar, te asomaste a ver qué era la moto que había llegado y era yo; te vi desde la ventana y pensé: “qué imagen tan linda” y saqué una foto, hoy la última tuya de mi galería. Sé que sólo te hace falta vernos para ser feliz, y que pase lo que pase siempre estarás ahí. Sangre de tu sangre, vos mi maestro y yo tu aprendiz. No sólo me levantarías del suelo cada vez que caiga sino que también calmarías mi hambre con una tarta de cebolla y me centrarías por cada vez que me distraiga. Te debo mucho, no solo por haber despertado en mí una pasión, la misma que hoy me trajo un poco lejos de tu lado, pero también me inspiraste a ser la persona en la que me convertí. De vos heredé la determinación, la tenacidad, el amor a la literatura, la poesía, las sopas calentitas en el invierno; me transmitiste el amor y la jovialidad que sentís por la vida. Ahora sé que debo disfrutarla a cada momento y afrontar los problemas sin darles la espalda. Si soy algo en esta vida, soy una parte de vos. Tengo grabadas tus palabras y consejos en cada poro de mi piel y así es como vivo cada uno de mis días, cuando cocino, por ejemplo, y digo “que nos haga mal pero que no se pierda”, rematando siempre: “como dice mi abuelo”. Y lo vuelvo a repetir: sos mi abuelo, me incitás a insistir hasta conseguirlo; endulzás mis problemas como un caramelo; lo triste se me olvida cada vez que te veo, y si soy algo en esta vida, es una parte de vos. Ahora podría escribirte el libro más largo, los versos más elaborados, la poesía más bonita si de agradecerte se tratara; aun así no sería suficiente porque escribiste un libro en mi vida con acciones y no con palabras. La enseñanza más bonita que me dejaste en claro es que lo más importante es el amor, la familia y el valor de cultivarse. Gracias, abuelo. ¡Feliz día!

Milena Camila Zelarayán 

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