Sala Orestes Caviglia: sueños que se alcanzan en las alturas

Sala Orestes Caviglia: sueños que se alcanzan en las alturas

Natalia Díaz presenta su espectáculo circense “Mariposa quiere volar”, con acrobacias en altura y la participación del cantante Oscar Zeitune.

UNA LARGA EXPERIENCIA. La actriz Natalia Díaz se califica como una veterana en las técnicas de arte circense. UNA LARGA EXPERIENCIA. La actriz Natalia Díaz se califica como una veterana en las técnicas de arte circense.

Desde hace dos años, Natalia Díaz hace funciones de su espectáculo circense “Mariposa quiere volar”, que ya lleva más de 30 representaciones en plazas, espacios no convencionales y escuelas de los Valles Calchaquíes.

La actriz, acróbata y bailarina traerá a la capital hoy, a las 18 y en una única presentación, su propuesta unipersonal contemporánea con despliegue en altura a la sala Orestes Caviglia (San Martín 251), con la participación especial de Oscar Zeitune en canto.

“Es una invitación a no abandonar los sueños, aunque parezcan imposibles. Nos lleva a reflexionar sobre los sueños propios y como los gestionamos día a día, para animarse a trabajar en ellos, apostando que ¡sí se puede!”, le adelanta a LA GACETA.

- ¿Qué historia de fondo estás contando?

- Este espectáculo nació y creció en los Valles Calchaquíes, donde las opciones para soñar parecerían ser más acotadas. Es una propuesta que interroga y cuestiona acerca de la motivación, la vocación, los deseos... También aborda la frustración, los miedos, las imposiciones, los prejuicios y, de alguna manera, la resiliencia.

- ¿Cuáles son los sueños que todavía querés cumplir?

- Que este proyecto siga creciendo y viajando. Y el objetivo es compartir el mensaje de que “no hay que olvidarse de soñar”, porque es el primer paso para que todo sea posible. Trabajo además como psicóloga: en el consultorio veo día a día los estragos que hacen la resignación y la falta de motivación. Construir esta obra es parte de haber trabajado en mis objetivos en contra de todas la lógicas y consejos. Es un sueño cumplido haber actuando en escuelas y plazas, llevando el circo y el teatro a lugares donde no llega, como escuelas de alta montaña, para los niños del valle.

- ¿Cómo se amalgaman las propuestas circenses con el canto?

- En esta obra, lo circense está al servicio del mensaje, de la idea de volar y cumplir los sueños. Y fundamentalmente las letras de las canciones enriquecen poéticamente lo que sucede a nivel corporal y visual. El canto en vivo en sus vibraciones genera climas emocionales profundos y contundentes. Se encara mucho la alegría, el entusiasmo y las ganas de intentar incansablemente. Me entusiasma estar acompañada por Oscar, un cantante talentoso que tuve el gusto de conocer durante la ópera “Pagliacci”. Su voz será, sin dudas, un cálido abrazo para la escena y los espectadores.

- ¿Qué disciplinas circenses encarás en este show?

- Trabajo con técnicas de contorsiones, burbujas gigantes, swing y Hula Hula de luces, acrobacias aéreas en espiral y habrá un numero participativo con el público. Toda la obra es como un dialogo con quienes ocupen la platea, para que juntos pensemos cómo superar obstáculos para poder alcanzar nuestros propósitos. La relación entre lo circense y lo teatral es muy especial por que el circo no es ficción, es de verdad: el riesgo, la altura, el cuerpo en acción, y hasta el clown o payaso circense se construyen desde rasgos de uno mismo. Si bien no es una obra humorística que busque el chiste o la carcajada, mi personaje Mariposa es payasa.

- ¿Cómo es pasar del espacio abierto de plazas al cerrado de una sala teatral?

- Esta obra es un 4x4 todo terreno: sino puedo colgar el espiral, cuelgo telas; sino puedo hacer fuego, hago luces. En la calle voy hacia el público, que son peatones, familias y de pronto la curiosidad los convierte en espectadores. Se pasa la gorra y es para todos, para el que tiene y para el que no también. Me siento muy cómoda con esta forma de trabajo luego de años de realizarla. Soy la técnica, la vestuarista, la directora y la acomodadora y la artista. La sala me brinda las comodidades de disponer cada detalle de la obra con suma precisión, altura, estructura, oscuridad para las luces, cada elemento simbólico crece y se potencia, yo siempre estoy rompiendo la cuarta pared. En la calle se llama ruedo, y suele ser circular la disposición del público, cosa que sucede espontáneamente. Es la segunda función de esta obra que concreto en una sala y la primera en San Miguel de Tucuman.

- ¿En qué momento se encuentra el arte circense en Tucumán?

- El circo ha crecido muchísimo en estos años, hay muchos grupos, mucha gente entrenando diferentes disciplinas, ya se puede decir que hay dos generaciones tucumanas de circo contemporáneo: los que fuimos los iniciadores, formadores, los más veteranos; y la nueva generación de jóvenes artistas muy talentosos y emprendedores. Claramente me considero una veterana, formadora y tengo el gusto de ver a los nóveles como jurado de acrobacias áreas, gracias a las gestiones de escuelas de circo que traen torneos a Tucumán.Se encuentra en un momento de florecimiento y sería muy bueno contar con acompañamiento desde políticas públicas especificas para la actividad, lo cual es muy difícil en el momento crítico que esta atravesando la cultura y las instituciones a nivel nacional. Pero el circo siempre fue autogestivo, independiente y hasta anarquista, sin límites, sin fronteras y eso lo que lo hace tan especial y mágico es su rebeldía. Es rebelde hasta con la ley de gravedad.

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