El Parkinson es un trastorno progresivo que produce movimientos involuntarios como temblores y rigidez. Aunque no existe una cura para esta enfermedad, hay tratamientos paliativos y prácticas que permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes reduciendo sus efectos secundarios.
Pese a que el Parkinson suele afectar a personas de la tercera edad, puede darse ocasionalmente en personas jóvenes. Es una afección que debe ser diagnosticada por médicos especialistas que deben indicar cuál será el tratamiento a seguir.
Según la National Institute of Aging existen otras terapias que pueden ayudar a controlar los síntomas de Parkinson como las terapias físicas, ocupacionales y del habla; las dietas saludables; los ejercicios para fortalecer músculos, mejorar el equilibrio, flexibilidad y coordinación; la terapia de masaje; el yoga y la meditación.
Yoga y meditación para el Parkinson
Según un estudio publicado en el portal Conoce el Parkinson, se demostró los beneficios del yoga en pacientes con la enfermedad. Para probarlo, un grupo de personas en estado 1 y 2 de la enfermedad -etapas iniciales- practicó yoga durante un total de 12 semanas.
"Incluir yoga en el tratamiento para el Párkinson mejoraba la forma física de los pacientes e incluso había conseguido reducir el temblor y los niveles de depresión", publicó la página en relación a los síntomas de las personas afectadas.
El paciente con Párkinson que toma clases de yoga puede evolucionar en su capacidad motriz. También se refuzan su estabilidad y sus músculos y mejora la postura evitando caídas y sus consecuentes fracturas e ingresos hospitalarios.
En cuanto a la meditación, el sitio Párkinson y Salud, entre un 40 y un 85% de personas con esta enfermedad practican algún tipo de meditación para complementar su tratamiento. Mientras meditamos, el cuerpo activa áreas cerebrales distintas a las habituales: se ponen en marcha las partes menos utilizadas y, como resultado, se obtiene un cerebro más activo y a la vez descansado.