VIDEO. Uno de cada cuatro alumnos secundarios supera las 20 faltas anuales

VIDEO. Uno de cada cuatro alumnos secundarios supera las 20 faltas anuales

Un informe de Argentinos por la Educación reveló que el 26% de los estudiantes falta el 14% de los días de clase. Datos

RESPUESTAS. El ausentismo tiene efectos negativos en la educación de los estudiantes a largo plazo. RESPUESTAS. El ausentismo tiene efectos negativos en la educación de los estudiantes a largo plazo.
26 Julio 2024

El ausentismo escolar se ha convertido en una preocupación alarmante para la educación secundaria en Argentina. Sorprendentemente, uno de cada cuatro estudiantes tiene al menos 20 faltas por año, lo que representa una ausencia del 14% de los días de clase. Este fenómeno, considerado el mayor obstáculo para la enseñanza, no muestra diferencias significativas entre los distintos niveles socioeconómicos. Afecta a todos los estudiantes por igual.

Así lo declaró un reciente informe titulado “Ausentismo estudiantil en secundaria: percepción y dimensiones”, del Observatorio de Argentinos por la Educación. Según lo informado, el 26% de los estudiantes del último año de secundaria reconocen tener 20 o más faltas por año, es decir que se ausentaron al menos un 14% de los días de clase. Para el 49% de los directores de secundaria, el ausentismo estudiantil es hoy el principal problema en el proceso de enseñanza y aprendizaje, según las respuestas al cuestionario de Aprender 2022.

El estudio, con autoría de Bruno Videla (docente de nivel secundario), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (del Observatorio de Argentinos por la Educación). Dado que Argentina no cuenta con estadísticas públicas sobre ausentismo estudiantil, el documento utiliza los datos de la encuesta de Aprender 2022, en el que los estudiantes del último año de secundaria reportaron sus inasistencias.

El cuestionario -informan en el Observatatorio- se aplicó el 19 de octubre: para esa fecha, el calendario escolar indica que los alumnos deberían haber tenido 142 días de clase aproximadamente, dependiendo de cada provincia. Eso quiere decir que el 26% de los alumnos que reconoce tener 20 o más inasistencias faltó al menos un 14% de los días de clase previstos. Además, un 18% de los alumnos afirma tener entre 15 y 19 inasistencias; el 21%, entre 10 y 14 inasistencias; el 20%, entre 5 y 9; el 12%, menos de 5; y el 3% ninguna.

Consecuencias

“Menos días de clases implican necesariamente menos aprendizajes, menos socialización y más desvinculación. Si la repitencia es la antesala del abandono, el ausentismo estudiantil es en sí mismo una forma solapada y silenciosa de abandono escolar, es un ‘abandono en cuotas’ que impacta de lleno en la calidad de los aprendizajes. Resulta fundamental contar con datos precisos para poder dimensionar la magnitud del problema y así pensar en estrategias para abordarlo”, afirmó Videla. Y eso es lo que destaca el informe: el ausentismo tiene varios efectos negativos inmediatos en el desempeño académico: afecta el desempeño académico, el desarrollo social y emocional de los niños y las probabilidades de finalización de la educación secundaria.

Y aunque el ausentismo afecta en todos los sectores sociales por igual, sí hay diferencias en los motivos. Para los estudiantes de menos recursos, los principales motivos para ausentarse son problemas de salud propios (54%), problemas de acceso a la escuela por el clima o el transporte (30%) y la falta de ganas de ir a la escuela (24%). En el quintil más alto, las razones que predominan son problemas de salud propios (67%), falta de ganas de ir a la escuela (48%) y llegadas tarde a clases (24%). En todos los sectores hay una proporción elevada de estudiantes que aluden a “otros motivos”, una cuestión en la que el informe sugiere profundizar.

Un problema grave

“El ausentismo escolar es un problema que aparece como tal a partir de tres procesos: la precarización laboral y sanitaria de las familias, la extensión de la obligatoriedad escolar y una cultura dominante que promete éxito instantáneo y la no consecuencia de apartarse de las normas porque todos creemos tener razones para estar exceptuados de ellas”, explicó Manuel Becerra, docente secundario e historiador. “El problema existe y es grave. Cabe preguntarse si es más grave que cuando, por ejemplo, la secundaria no era obligatoria y aquel alumno que se excedía en inasistencias simplemente era expulsado del sistema en forma automática. A primera vista uno se preguntaría si las políticas educativas pueden por sí solas incidir en esto o hace falta una batería de políticas sociales y laborales que en este contexto no existen”, agregó.

El informe también develó preocupación: la mitad de los docentes de nivel secundario de Argentina piensa que el obstaculizador más importante para una buena enseñanza es el ausentismo, señaló Viviana Postay, especialista en gestión educativa y docente de nivel superior. “Esto nos obliga a repensar el lugar de los adultos dentro y fuera del sistema. Debemos interrogarnos sobre las relaciones entre la familia y la institución escolar: ¿qué pasa con los adultos a la hora de colocar límites al ‘no tengo ganas’ como motivo de inasistencia e impuntualidad? Reconstruir tramas de autoridad entre adultos, donde la familia apoye el trabajo de los docentes y viceversa, resulta fundamental para el cuidado y el aprendizaje de los adolescentes: la primera condición para aprender de manera profunda es la asistencia continua y sistemática a la institución escolar”, reflexionó.

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