La Justicia de Córdoba continúa investigando el femicidio de Catalina Gutiérrez, una joven de 21 años, influencer, y estudiante de arquitectura, que conmociona a la provincia. Pelos rubios, un anillo, un llamado a la madre de la víctima, unas cámaras de seguridad y la localización de los celulares son las pruebas que complican a Néstor Soto, un compañero de la facultad y único detenido por el crimen.
Según consignó El Doce TV este jueves, la Justicia apunta a la “obsesión” como móvil del asesinato de Gutiérrez. “No comenzó en ese momento. Debe haber sido desde mucho tiempo antes”, señalaron fuentes judiciales al medio local.
Los investigadores aseguran a que la víctima fue al departamento del sospechoso a las 21.30, allí la asesinó y luego la llevó en su propio auto hacia el descampado en el la calle Pedro Echagüe al 3900, en Ampliación Kennedy. Y es que un video clave muestra al Renault Clio de Gutiérrez recorriendo un trayecto entre la casa de Soto y el descampado, donde las autoridades finalmente hallaron el cuerpo de la joven. Allí es donde también intentó prender fuero el vehículo.
Los resultados de la autopsia revelaron que la víctima murió de asfixia por estrangulamiento, aunque no se esclareció si fue con las manos del asesino o con algún otro elemento empleado por el agresor. En tanto, el cuerpo de Gutiérrez presentó además múltiples lesiones en distintas partes y los investigadores estiman que fueron propinados por quien la mató. Además, mostró quemaduras, que se produjeron luego de la muerte, ya que el auto presenta signos de un incendio intencional. Por otro lado, se descartó que la víctima haya sufrido un abuso sexual.
A ocho minutos del crimen, Soto habló con la madre de la víctima
Soto, de 21 años, recibió una llamada de Eleonora Vollenweider, madre de Gutiérrez, mientras la familia aún creía que la joven influencer estaba desaparecida y con vida. Según el GPS del celular de Catalina, ella había estado 38 minutos cerca de la casa de Soto, lo que llevó a Eleonora a enviarle un mensaje preguntando por su hija. Soto escribía y borraba sus respuestas, lo que aumentó la preocupación.
A las 23.12, Eleonora decidió llamar directamente a Soto. Durante el minuto de conversación, él simuló mirar por la ventana y aseguró que no había visto a la influencer. La madre insistió en el GPS, pero él continuó fingiendo desconocer el paradero de Catalina. Luego, Soto llamó dos veces más a Eleonora, pero no fue atendido.