Hace 4 Hs
Lo que se verá hoy desde las 15 en París fue perfeccionado desde el 9 de agosto de 2021, al día siguiente de la finalización de los Juegos Olímpicos de Tokio. Las ceremonias olímpicas son así de artesanales, le caben el mismo concepto que se emplea en el cuidado del césped de Wimbledon.
Para que el torneo de tenis más antiguo del mundo pueda jugarse impolutamente, son pocas las horas en las que el pasto de la cancha no recibe atención; a lo sumo hasta la mañana siguiente del día en que se consagró el campeón del torneo. Asterisco: lo de mañana, a diferencia del trabajo de 12 meses que se realiza en las canchas del All England Club, tuvo una planificación de tres años. Los franceses anuncian un espectáculo deslumbrante, lo mismo que anticipa cada ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos.
Y también, como cada inauguración de un evento deportivo sea mundial o regional, los anfitriones intentan hacer un viaje visual por la historia y la arquitectura de su tierra. La cuestión para diferenciarse del resto es el modo.
Es cierto que París se transformará en un inmenso teatro que tendrá múltiples escenarios en las calles y ríos de la ciudad, pero no será la primera vez que algo así suceda. Francia será segunda en la lista de naciones responsables en haber organizado la apertura de un evento multideportivo en la vía pública: Argentina está primera.
En 2018 la apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud que se celebraron en Buenos Aires se realizó en las calles de la ciudad. El Obelisco fue el punto de concentración donde miles de personas invadieron la avenida 9 de Julio.
El desfile de los atletas se realizará en barcos por el río Sena. El tradicional paseo de los protagonistas, se transformará en un desfile fluvial en vez de uno terrenal, como suele pasar en un estadio. Pasarán por los lugares más importantes de la ciudad, acompañados por el público que ocupará los muelles del río transformados en tribunas. El puente de Austerlitz, junto al Jardín des Plantes, será el punto de partida. Durante seis kilómetros a lo largo del Sena, la flota pasará por debajo de puentes históricos y por lugares emblemáticos como la Catedral de Notre-Dame y el museo Louvre.
Todo es una incógnita con respecto a las celebridades que formarán parte del programa inaugural, a excepción de la presencia del rapero estadounidense Snoop Dogg, que portará la antorcha.
También aseguran (ya se la vio por las calles de París) que Celine Dion cantará en algún momento de las tres horas y 45 minutos que durará la ceremonia.
La expectativa es enorme ya que la cantante reaparecería luego de tres años de sufrir espasmos musculares, tras ser diagnosticada con síndrome de la persona rígida.
La dirección artística del espectáculo es de Thomas Jolly, director de teatro y actor francés. Su prestigio se lo ganó por el musical “Starmania”, debido a la impecable fusión del rock con la ópera. Jolly declaró a los medios que quería mostrar los contrastes culturales de Francia, ya sea en la ópera o en el rap, reuniendo así todas las piezas que forman la diversa identidad cultural de la nación.
En cada puente del recorrido habrá bailarines según prometió la coreógrafa Maud Le Pladec que dirigirá a 400 bailarines de los 3.000 artistas que participarán en las ceremonias de apertura y clausura de París 2024, todos ellos con trajes únicos de Daphne Burki, una diseñadora que contempla la sostenibilidad en sus prendas combinando piezas antiguas y recicladas, con creaciones más recientes.
En el ítem de vestuario y sin que nada tenga que ver el Comité organizador, la indumentaria de algunas delegaciones llamará la atención. No sólo por lo visual, sino por quienes las crearon. Ralph Lauren fue el que diseñó el uniforme de Estados Unidos, mientras que el icónico Giorgio Armani, viste a los atletas italianos. Francia está asesorada por la marca de lujo Berluti que creó chalecos y chaquetas en consonancia con la imagen general de París 2024. Los trajes de Mongolia, confeccionados por Michel&Amazonka, con unos bordados artesanales que marcan las siluetas ya trascendieron generando asombro y elogios.
La cita convierte a la nación sede en su propia vidriera para que, como deseaba el Barón Pierre de Coubertin fundador del movimiento olímpico moderno, reciba a ciudadanos de todo el mundo para el desarrollo pacífico de la humanidad. El lema de los Juegos, lógicamente, está ligado al olimpismo: “Games Wide Open”. Traducido sería “Juegos abiertos de par en par”.
Es por eso que, para que sea accesible al mayor número de personas, la inauguración se diagramó fuera de un recinto cerrado. La estimación es que 600.000 personas podrán disfrutar en persona del show. Se repartieron 222.000 entradas gratuitas para presenciar el desfile desde las orillas superiores del Sena, además de 104.000 localidades a la venta para los muelles inferiores. Los que estén en París y no hayan podido conseguir entradas, podrán ver el show en una de las 80 pantallas gigantes instaladas por toda la ciudad.
Se espera que otros 1.500 millones de personas de todo el mundo sintonicen las transmisiones televisivas para ver el inicio de una nueva aventura deportiva a gran escala.
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