La economía argentina transita por aguas superficiales. El barco libertario está sintiendo los efectos de las tempestades del mercado. Las reservas netas del Banco Central siguen acrecentando el saldo negativo. Es costoso sostener la cotización del dólar cuando el valor confianza no está en las pizarras. Curiosamente, la gestión del presidente Javier Milei se mantiene por la renovada expectativa que tiene un amplio sector de la sociedad que aún lo acompaña más allá de los ajustes. Sin embargo, ese apoyo cada vez está más condicionado. Si con el paso del tiempo el amor no se retribuye, difícilmente pueda sostenerse la relación. Varias consultoras han dado cuenta de ello, en las que la imagen de la gestión, en general, y del Presidente, en particular, muestran tendencias a la baja.
La confianza en el plan económico se mide en expectativas, pero también en la realidad material de las personas, es decir, no solo en cuanto quieren sino en cuanto pueden esperar a que la situación económica crítica mejore, advierte Zuban Córdoba y Asociados en su último sondeo nacional. “Es un fenómeno que ya hemos visto en los dos gobiernos anteriores: la inestabilidad es seguida por un rebrote inflacionario, al que le sigue posteriormente un desgaste en la opinión pública. Un semáforo al que el gobierno debería prestarle atención”, acota.
La luz roja se enciende a partir de las intervenciones oficiales en el mercado con el fin de evitar la ampliación de la brecha cambiaria. Los dólares que salen por el grifo del Banco Central no regresan con la misma velocidad. Y lo que es más preocupante es que la Casa Rosada no consigue financiamiento externo para sostener el esquema en el tiempo. En consecuencia, el saldo negativo de casi U$S 3.600 millones no alcanza para continuar con esta política de mantenerse en base a la emisión cero. Como paliativo, el Banco Central permitirá a los individuos que recibieron ayuda del estado en pandemia o a través de subsidios tarifarios que puedan adquirir dólares por el sistema MEP. Otro dato inquietante es que la recesión se ha profundizado más allá de las estadísticas. Los comerciantes y los industriales denuncian que venden un tercio de lo que venían operando en otros períodos, lo cual implica una baja real (tomando en cuenta el impacto inflacionario) en la recaudación de impuestos. Como ejemplo, la reducción real interanual de la recaudación de la Dirección General de Rentas promedia el 14% cada mes. En el citrus, hay establecimientos que tuvieron que prescindir de los servicios de parte de su dotación porque no pueden pagar el contrato que, generalmente, vence a fines de septiembre.
Las luces amarillas corresponden a los precios. El Gobierno nacional intenta que la inflación se mueva en línea con el crawling peg (devaluación administrada) del 2% mensual, pero los valores tienen otro ritmo. En particular el precio de las naftas y las tarifas de los servicios públicos privatizados siguen actualizándose en mayor medida que lo hace el poder adquisitivo del salario.
La luz verde solo se enciende para la reforma política. Osvaldo Jaldo, como lo hizo antes con el ajuste, se anticipó a la definición de las modificaciones en el esquema electoral para que sea más sencillo para la población elegir a sus representantes. A nivel nacional, Milei impulsa la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), como una manera de ahorrar dinero en internas que, muchas veces, se definen puertas adentro de los partidos o de las coaliciones. En Tucumán, Jaldo levantó la apuesta y puso sobre la mesa una carta que la columnista Gabriela Baigorri desnudó hace 10 días: los cambios en la Carta Magna provincial.
Antes de tomarse unos días de licencia, el gobernador recibió un informe de su encuestador de cabecera, Mario Nahuz, que le ha señalado que, tras la firma del Pacto de Mayo en la Casa Histórica, Jaldo y su gestión han mejorado su imagen. El tranqueño tiene en claro que, para gobernar en un período de crisis, no hay mejor manera de hacerlo sino con centralidad en el poder. Instaló la reforma política y puso en off side tanto a sus partidarios como a la oposición. Una franja del peronismo avala el fin de los acoples, como primera reacción.
Mar de fondo
Con la ausencia de Jaldo, el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo Miguel Acevedo tendrá la tarea de contener las demandas políticas de los miembros de la Cámara. Hay mar de fondo, pero en el acuario de la política nadie quiere salir hacia la superficie. Los tiburones acechan. El año que viene puede ser una oportunidad para elegir constituyentes y, si todo marcha sobre ruedas, a mediados de 2026 podría alumbrar un nuevo texto constitucional. Ahora bien, ¿Jaldo podrá cumplir su palabra en caso de que le nieguen la reelección? Todo es posible, también que haya una cláusula para permitirle dos años más de mandato y, así, Tucumán se una al selecto grupo de provincias (Santiago del Estero y Corrientes) que vota en períodos diferentes a las presidenciales. Esto sería en el marco de una transición ordenada. En el medio de ese eventual debate asoman los delfines. En el oficialismo hay dos que intentan comportarse como tales y preparan su escudería en caso de que el piloto oficial decida no competir en la próxima carrera. Se tratan precisamente de Acevedo y de la intendenta capitalina, Rossana Chahla. El actual presidente de la Legislatura está en proceso de construcción de imagen frente a un 35% de los consultados por Nahuz que contestó que no pueden calificarlo porque no conocen su tarea ejecutiva ni parlamentaria.
Chahla, a su vez, juega con las expectativas cotidianas. La jefa municipal es la que mejor imagen tiene después del gobernador, de acuerdo con el sondeo en poder del titular del Poder Ejecutivo. Mientras el vecino perciba de que la intendenta le cambia la cara a la ciudad, gozará del respaldo popular.
El problema para todos los partidos se presentará con el resto del acuario. ¿Cómo conformarán los líderes a las mojarras? Son los dirigentes territoriales que permanentemente piden pista para sostener su poder en cada jurisdicción. El problema es que están bajo el amparo de un caudillo, una figura que puede llegar a resurgir en caso de que sean los partidos, como históricamente sucedió, los encargados de definir las candidaturas. Esa es la otra cara de la reforma electoral.
La pesca de la nueva forma de hacer política se realiza en una misma pecera, en la que habitualmente interesa a la dirigencia más que a la sociedad en general, que día tras día, le cuesta llegar a fines de mes con el salario que percibe. Por esa razón, el Gobierno quiere ampliar la agenda de debate para ponerse en el centro de la escena en todos los ámbitos de discusión.
Jaldo, mientras tanto, debe buscar la manera de sostener su administración de gobierno y surfear sobre las olas cambiarias y monetarias del mar argentino. Las restricciones en el gasto público le han reportado fondos que hoy contribuyen a financiar la reconstrucción de la ruta 307 ($ 4.500 millones); la reparación de 14 escuelas ($ 3.500 millones); la perforación de pozos para la SAT ($ 500 millones) y la reparación del puente que conecta a la provincia con Santa María en Catamarca (otros $ 50 millones), entre otras. El ajuste continuará y, según trascendió, ahora le llegó el turno a los organismos autárquicos. No es un dato menor porque allí quiere abrirse la compuerta para que más peces dejen el dique estatal para sumarse al retiro voluntario que, hasta el momento, ha captado a casi 400 agentes.