El rompecabezas de Federico van Mameren: "Jaldo perdió la pelota política"
Ninguno me hable de penas,
Porque yo penando vivo
Y naides se muestre altivo
Aunque en el estribo esté
Que suele quedarse a pie
El gaucho más atrevido.
Cuando José Hernández escribió el Martín Fierro seguramente no pensó en Osvaldo Jaldo, pero sin ninguna duda Jaldo, que tenía la pelota dominada, que creía tener el control de todo este proceso político que estaba viviendo Tucumán, el primero de marzo les dijo a todos los tucumanos que comenzaba la transformación política con una reforma política. Jaldo no se imaginó que iba a pasar lo que pasó. Avanzó y avanzó, tal vez demasiado. Inclusive lanzó una reforma más profunda y contó que no quería la reelección, que había que decirles basta los acoples, que se venía una reforma constitucional porque hasta aquí no se había discutido la reforma constitucional, que se debería dar una reválida en la Justicia. Se puso ese traje de "Jaldei", mitad Jaldo y mitad Milei, de estar escuchando profundamente lo que ustedes decían cada vez que había que votar y lo que el peronismo que lo había puesto y sentado en el sillón de Lucas Córdoba le había dado. Y profundizó el cambio cuando su vicegobernador ni siquiera estaba en la provincia.
Las voces le dan la razón a "Jaldei". En Banda del Río Salí los Monteros hacen lo que quieren porque están instalados hace rato en la Municipalidad. En Bella Vista, Salazar y Paula Quiles ya tienen mucho tiempo en el poder. En Alderetes, Salomón y Graciela Gutiérrez. En Trancas, Roberto Moreno y su hermano Antonio Moreno. En Las Talitas, Najar y Marta Najar y en algún momento estuvo Morghenstein. En Tafí Viejo, Javier Noguera y su esposa Alejandra Rodríguez. En Lules, Carlos Gallia y su esposa Marta Albarracín. En Famaillá, los eternos mellizos Orellana. En Monteros, Francisco Serra y su hijo. En Aguilares, Sergio Mansilla, su esposa y su hija. En Alberdi, Luis Campos. En La Cocha, Leopoldo Rodríguez y su hijo el "Pumita". Todos le daban la razón a "Jaldei".
La pregunta es por qué apuró estas cosas alguien de manejo de tiempos como Osvaldo Jaldo. De alguna manera alteró el humor del peronismo y fue Gerónimo Vargas Aignasse, sacudió los papeles que venían trabajando, lo llamó al vicegobernador dolido, lo sentó y le dijo "tenemos que tomar la pelota" y presentaron rápidamente un nuevo proyecto de reforma constitucional, que todavía no había, y plantearon cosas que seguramente a Jaldo le van a caer muy bien, que seguramente a vos que estás enojado te van a caer muy bien, pero que sin embargo muestran la grieta, las diferencias, la pelea de lo que está pasando dentro del peronismo. De alguna manera le dijeron a Jaldo "la pelota es nuestra" y fue un fortísimo golpe al gobernador de la provincia, que venía tranquilo manejando la política a su placer.
Sin duda, como dice el Martín Fierro, al gaucho más advertido suele quedarse de a pie y a Jaldo, que tal vez la ambición por el bronce lo ha endurecido, le ha hecho perder un poco los reflejos y ha hecho que en estos momentos pierda la pelota política, que empieza a jugarse en la Legislatura.