La zafra azucarera y la cosecha del limón recrudecen el colapso que acusan desde hace tiempo las rutas del interior tucumano, a causa del notable incremento del parque automotor y la ausencia de obras de infraestructura vial.
El sector empresarial advierte del freno que representa esta situación para el desarrollo del turismo, la producción y el crecimiento de la provincia. También plantea las erogaciones que conlleva para el erario la atención de una persona accidentada. Por eso, mediante la Federación Económica de Tucumán (FET), exige obras viales que contribuyan a desarrollar el turismo, la producción y mejore la seguridad.
Entusiasma al sector la posibilidad de participación de actores privados que propone el Estado frente a la falta de recursos oficiales. El secretario del Centro de Defensa Comercial del Sur (CDCS), Julio Delgado, adelantó que la FET analiza algunos proyectos de obras viales a ser encaradas entre inversores privados y el Estado. “Esto lo permite el actual Gobierno, frente a la necesidad que surge por el crecimiento sustancial del parque automotor, el que se advierte en rutas y calles de las ciudades de nuestra provincia”, apuntó Delgado, del consejo directivo de la FET.
“Tucumán tiene que planificar obras de infraestructura para los próximos años. Así debe priorizar carreteras que son importantes para el desarrollo del turismo y la producción. Esto abrirá la puerta al crecimiento de la provincia”, sostuvo.
Sobre la cantidad de siniestros en las rutas -cada vez más preocupantes-, especialistas insisten en atribuirla principalmente a las inconductas frente al volante. Por ello demandan mayores controles de las infracciones.
Rutas infernales
Las trazas nueva y vieja de la ruta 38 y la ruta nacional 157 se constituyen en escenarios de movimientos infernales de vehículos que, con frecuencia, acreditan accidentes de tránsito con saldos lamentables de muertos y heridos.
En esta última semana un motociclista murió en Alto Verde luego de colisionar de frente contra una camioneta; y dos hombres resultaron heridos en un choque frontal de autos. Ambos percances, que se registraron en el tramo que se extiende entre Concepción y Aguilares, han pasado a engrosar la nómina de más de 10 muertos y alrededor de 15 heridos que se registraron en ese tramo en lo que va del año.
Hubo otros accidentes, que dejaron como saldo solo daños materiales y lesionados leves, por lo cual no trascendieron. “Por aquí circulan carros cañeros, transportes de limón, y la entrada y salida a comercios y fincas cañeras es permanente. Desde Concepción parten los trencitos de autos que se extienden hasta tres kilómetros. De ahí que cualquier descuido o imprudencia desencadena un accidente. Aquí casi todos los días se ve alguno”, contó Isidro Gómez, vecino de Alto Verde, que vive a orillas de la ruta 38.
El peligro revolotea las rutas y más aun ahora que las quemas de cañaverales y pastizales las cubren de una nube de humo. En el sur tucumano los tramos de mayor riesgo por la intensidad del tránsito, y que se advierten a lo largo de las trazas nueva y vieja de la 38, son además del de Concepción-Aguilares, el de Arcadia-Río Seco y Villa Quinteros-León Rougés.
“El semáforo frenó un poco la cifra de accidentes, pero no son pocos los que lo pasan en rojo o se adelantan por la banquina cuando está el tránsito detenido. Hacen falta obras, pero también que la gente sea más responsable al manejar”, dijo José Pacheco, vecino de León Rougés. Los tramos en cuestión tienen varias salidas de caminos secundarios y terciarios, comercios de mercaderías, respuestos y moteles.
A pesar de todo, los que estudian la problemática vial sostienen que la mala conducta de los choferes sigue siendo el principal factor que desencadena los accidentes de tránsito.
El director de la Policía Científica de la Regional Sur (URS), subcomisario Jesús Correa, dijo que aunque el 80% de los accidentes se producen por factores que están vinculados con errores humanos y el incremento excesivo del parque automotor, también tiene una incidencia importante el factor ambiental. Este último incluye precisamente el humo que invade en estos días las carreteras por las quemas de cañaverales o pastizales. El mal estado de conservación de estas, con baches y sin demarcaciones, es considerado como otro factor que impacta sobremanera en la seguridad en los caminos.
Claudio Andrés Verón, técnico superior en Seguridad Vial y disertante en varios países de Latinoamérica, hace hincapié en que gran parte de los siniestros en época de zafra no fueron por culpa del transporte, sino del vehículo liviano. “La gente cree que es al revés. Pero hoy el camión está remplazando al tractor y va más rápido y con luces. Así y todo aparece el mal comportamiento de los conductores. En la ruta sentimos que esos vehículos, que van a 60 km/h, nos están molestando en razón de que estamos acostumbrados a andar a 120 km/h. .Al estar obligados a bajar la velocidad a la mitad aparecen malas maniobras. Si alguien va en moto por la banquina y un camión se tira a ese lado, se produce un accidente que se le atribuye a la zafra. Y no es así”, expuso Verón.
Mejorar los controles
“El problema no es la cantidad de vehículos sino la forma anárquica en que se conduce. Y en ese sentido sorprende la falta de capacitación”, añadió. El profesional insistió en que la falta de inversiones viales en la Argentina, de infraestructura y señalizaciones adecuadas no es una cuestión mínima, pero no es un gran problema. “Si yo te ofrezco una vía que no está en condiciones es peligroso, pero si te ofrezco una en perfectas condiciones ahí aprovecha el ser humano para excederse del límite de velocidad. Entonces también aparece la falta de controles. Y eso se refleja en el hecho de que a pesar de que no hay falta de educación, sin embargo estamos acostumbrados a pasar un semáforo en rojo o adelantarnos en tramos prohibidos. Eso sucede porque no pasa nada. Así vamos hasta que nos sucede algo”, concluyó