TESTIMONIO
LA EPOPEYA DEL COLIBRÍ DALIA BER Y BERNARDO ERLICH
(Libros del zorzal – Buenos Aires)
La epopeya del colibrí mezcla géneros y estéticas. En el libro se cruzan las herramientas de la crónica, el ensayo interpretativo, la autobiografía y la viñeta filosófica y narrativa.
Los autores del libro mixto son la periodista Dalia Ber y el artista visual Bernardo Erlich. Con sus herramientas, ambos trazan un mapa del pasado y destacan el rol de la memoria. La epopeya del colibrí reúne varias historias sobre el atentado de la AMIA y el periplo cultural del padre de Dalia Ber: combina el viaje al origen del teatro idish en Buenos Aires, el fin de un período en la AMIA y el inicio de otro, los relatos sobre las víctimas, la historia en primera persona, la relación de los argentinos con la Shoá y la comunidad judía en Moisés Ville.
En un sentido, el libro narra una breve historia de la comunidad judía en Argentina, a la vez que recupera una parte de la vida del padre de Dalia Ber. La epopeya es doble: colectiva e individual; y va más allá del registro verbal (en el sentido convencional del término) ya que con el notable y preciso aporte de la creación visual propone una interpretación de las muchas voces y los sentidos que atraviesan la tragedia colectiva.
Dalia Ber cita a Eliahu Toker (compilador y traductor de textos del idish al castellano) a propósito de los efectos del atentado: “La memoria de la comunidad no sólo está hecha de fotos, testimonios y documentos, libros y obras de arte; está integrada por lugares testigo…; ese día también fue asesinado un edificio…”
Material y simbólica
Se podría decir que la reconstrucción del edificio no es solo material sino también simbólica y que las imágenes y los textos de La epopeya del colibrí cuentan historias que ayudan a comprender las dimensiones de la tragedia.
Pero la destrucción del edificio no implicó la total desaparición del patrimonio hecho de libros y discos (entre otros valiosos registros). En un capítulo, los autores cuentan la historia de la recuperación de 60.000 libros, además de otros objetos. Esto fue posible por el trabajo comunitario y organizado para mantener el legado de los muchos años de la comunidad en el país. Uno de los capítulos más logrados es la historia gráfica dedicada a contar el rescate de los libros envueltos en el polvo del dolor. En la primera página Bernardo Erlich plantea el montaje de una foto con el texto verbal y los personajes dibujados. Esta página representa la síntesis de materiales y muestra cómo la articulación de imagen y verbo produce una condensación informativa y narrativa. En el centro de este trabajo fino aparece la emoción y la nostalgia.
Ber dice que en la Feria del libro de 1995 (el año siguiente al atentado) Elihau Toker leyó un discurso de Rollansky, prestigioso editor de libros judíos. La máquina de escribir de Rollansky fue rescatada de los escombros. Al enterarse del atentado el editor había dicho: “He asistido a mi propio entierro”.
En otro capítulo, los autores citan la historia de Diana Wang, emprendedora de la memoria. Diana se refiere a la vida de Judith, una mujer que estuvo en Auschwitz: ella fue obligada a desnudarse ante un soldado nazi. Judith le dijo a Diana que eso había sido peor que los piojos, el hambre y la sed. Diana Wang sostiene que es fundamental contar los hechos traumáticos porque de esa forma se lucha contra el olvido. “Y ahora que lo conté”, sigue Diana, “tampoco ustedes podrán olvidarlo. Esta es la esencia del Proyecto Aprendiz. El que escucha a un testigo se convierte en testigo”.
Reloj que no se detuvo
El libro de Ber y Erlich nos convierte en testigos. Recordar la tragedia de la AMIA nos convierte en atentos oyentes que podemos contar el horror.
Quizás la clave de “La epopeya” no esté cifrada en el colibrí sino en una pregunta referida en el libro: “¿por qué el reloj de mi papá siguió funcionando, pero su corazón no?” Si bien la pregunta es la cita del testimonio de una amiga de la autora, condensa de forma metafórica uno de los problemas irresueltos en la historia argentina más reciente. El interrogante encierra la relación problemática entre la maquinaria burocrática del país que demora en juzgar a los criminales y la muerte de inocentes en un atentado terrorista. El reloj del corrupto Estado sigue y el corazón de las víctimas se ha detenido para siempre.
© LA GACETA
FABIÁN SOBERON
Perfil
Dalia Ber nació en Buenos Aires en 1976. Se recibió de periodista en TEA. Se desempeñó durante casi dos décadas como guionista de documentales de televisión, emitidos en señales como Canal (á), Encuentro, Televisión Pública, History o Discovery. Junto a José Esses, escribió el libro Los 80 (Planeta, 2016). Es colaboradora en Clarín y otros medios gráficos.
Bernardo Erlich nació en Tucumán en 1963. Es licenciado en Artes Plásticas, diseñador, dibujante y humorista gráfico. Ejerce la docencia en la Licenciatura en Diseño Gráfico de la Unsta. En la actualidad, ilustra y escribe con frecuencia en la revista Seúl, publica la viñeta diaria “Tira y afloja” en la contratapa de Clarín y colabora en el suplemento semanal Viva, del mismo diario.