Cada 20 de julio se celebra en Argentina el Día del Amigo, una fecha que desde 1969 nos invita a reflexionar y valorar esos lazos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida.
Los lazos amistosos repercuten directamente en la salud física y emocional.“Una sana amistad contribuye en la salud mental, permite, sentirte incluido, contenido afectivamente, identificado, también contribuye en la reparentalización, dado que, desde las amistades, puede surgir nuevos integrantes de la familia, y sobre todo permite, estar acompañado en procesos dolorosos, y en ser una de las opciones principales, para el bienestar de compartir, un viaje, un encuentro, una hazaña, etc”, explica el psicólogo Roberto González Marchetti.
Y añade que ahora, tener sanos vínculos, no es suficiente con ser empáticos, y coincidir en todos los gustos. “También sirve cuando hubo conflictos con breves separaciones, donde se privilegió en deponer actitudes personales, se aprendió a perdonar, y en mejorar el compromiso del vínculo. Está probado que en aquellas amistades donde pudieron superar y resolver conflictos, tienden más a fortalecerse con el tiempo”.
¿Pero qué pasa con aquellas personas que les cuesta tener amigos? “Puede existir una variedad de causas, que van desde una disfuncionalidad en su forma de ser, hasta tener valores y actitudes socialmente no aceptados, que no es lo mismo, cuando en el grupo donde estoy no comparto sus valores, pero puedo buscar otras alternativas más cercanas, también existen tendencias autodestructivas propias de las personas, que ante la profundidad de una relación, el miedo invade, y comienza a realizar acciones para lastimar o alejar a las otras personas, pueden crear un conflicto, bajo una causa exagerada, para luego tener sentimientos de vergüenza en el mejor de los casos, o sostenerse en una creencia mental distorsionada personalidad que estimula la vanidad y el orgullo, para mantener el enojo, que con una tristeza latente, se convertirán en un rencor en el corto plazo”, señala.
“También en aquellas personas que tiende ser ambivalentes en las relaciones, no profundizan, o bien buscan idealizar otros vínculos como tener una pareja o un solo amigo/a, y alejarse de las demás amistades, a partir de esta idealización y dependencia del vínculo nuevo que realizan”, completa.
Para finalizar, el profesional sostiene que más allá de todo, el beneficio de celebrar, de recibir saludos y reconocimientos, como también de compartir reuniones sociales, en esta época invernal, es una acción social que estimula la autoestima, los procesos cognitivos y contribuye a la aparición de un bienestar aunque sea temporal. “Nos sirve para olvidarnos de los problemas cotidianos, y recordar que estamos conectados con personas, o en grupos según la sociabilidad de la persona. Por tal sentido vale, celebrar el día de la amistad”.