“Operativo dulzura” es el nombre del mayor secuestro de cocaína que se registró en Paraguay. Las autoridades de ese país encontraron más de 4.000 kilos de esa droga escondidos en bolsas de azúcar en contenedores que, a través de la hidrovía del Paraná, estaban a punto de ser trasladados a Amberes, Bélgica. Hasta el momento, hubo un sólo detenido que cometió un error grosero que permitió descubrir el millonario envío de droga. Los investigadores pusieron en la mira al NOA por las posibles conexiones con el caso.
El hallazgo fue de casualidad. No hubo ningún tipo de investigación previa, sino que todo se originó por un golpe de suerte. Un camionero que se dirigía al puerto Caacupe-mí, ubicado en el barrio asunceno de Zeballos Cué fue detenido por tener mal colocado el dominio del vehículo que conducía. Los efectivos constataron que la documentación que portaba era falsa. Decidieron analizar la carga y encontraron bolsas que supuestamente tenían 50 kilos de azúcar. Pero en el interior descubrieron que llevaba oculta bolsas de 20 kilos de cocaína disimulada por el otro producto.
Los pesquisas siguieron la ruta que debía realizar el transportista y en ese mismo puerto descubrieron que una organización había cargado varios contenedores con las mismas bolsas que llevaba el camionero. Después de varios días de análisis, encontraron más de 4.013 kilos de cocaína que tenía como destino Europa. El hallazgo no sólo fue histórico por la cantidad (batió la marca de los más de 3.300 kilos secuestrados el año pasado en otra estación portuaria de Asunción) y porque como ocurre rara vez, se decomisó antes de que fuera trasladada por la hidrovía.
En los últimos tres años, se decomisaron 50 toneladas de cocaína en los puertos de Amberes (Bélgica), Rotterdam (Países Bajos) y Sidney (Australia). En todos los casos la droga fue trasladada primero por la hidrovía. El valor de los estupefacientes fue valuado en U$S 300 millones, pero “puesta” en el Viejo Continente llega a los U$S3.000 millones.
Hasta el momento, el camionero es el único detenido en esta causa. Fue identificado como Juan de la Cruz Galeano Mieres, condenado en 2015 en nuestro país por haber sido sorprendido trasladando 115 kilos de marihuana desde Paraguay, su país natal. Está en la mira una empresa que se encarga de exportar azúcar y granos.
Conexiones
Los investigadores ya comenzaron a atar cabos. Elaboraron la siguiente teoría: una vez completada toda la carga, recorrería la hidrovía para luego salir al océano Atlántico y terminar en Amberes. Pero aún le quedan dos cuestiones por establecer: el origen de la cocaína y de dónde era el azúcar con el que disimularon la “merca”.
Por la cantidad de sustancia, los pesquisas sostuvieron que fue trasladada por vía aérea a algún punto de Argentina. De allí trasladada por vía terrestre hasta algún puerto de nuestro país y de allí a Paraguay. Hay antecedentes sobre este camino. El año pasado, se secuestraron 1.500 kilos de esta sustancia en un depósito en Santa Fe. Los estaban acondicionando en bolsas de maíz que iban a ser despachadas desde Rosario. Semanas atrás, los pesquisas descubrieron en la localidad de San Justo que una camioneta trasladaba 460 kilos para ser llevadas por la hidrovía al exterior.
En el primer semestre de este año, Gendarmería Nacional secuestró 4.019 kilos de cocaína (seis kilos más de lo descubierto en el “Operativo dulzura”), casi el doble de los más de 1.900 incautados en los primeros seis meses de 2023. Un dato que no es menor: todos los hallazgos se realizaron por vía terrestre. Las autoridades no pudieron detectar ningún vuelo narco en lo que va del año.
El NOA también quedó en la mira por su alto nivel de producción de azúcar. Los investigadores saben que los paraguayos compran toneladas del producto en nuestra tierras. Pero saben que no resultará sencillo descubrir dónde se compró la mercadería que se utilizó para disimular la cocaína. La informalidad de la economía lo puede todo.
En su edición de ayer, LA GACETA publicó un informe que daba cuenta que, en el marco del Operativo Lapacho, hasta el 15 de julio se habían secuestrado 1.900 toneladas de azúcar que eran trasladadas sin ningún aval. La mayor cantidad de decomisos se registró en el puesto fronterizo de Árboles Grandes, el paso obligado hacia el litoral argentino.
Un problema
El legislador radical José Cano, por las denuncias que viene realizando desde hace varios años, conoce el paño del narcotráfico. “Si la Nación extrema los cuidados en la frontera para evitar el ingreso de la droga, de nada servirá el esfuerzo que hagan las autoridades de Tucumán, Salta y Jujuy”, sostuvo con tono firme. “El NOA está abandonado”, sentenció.
El parlamentario, cuando ocupó cargos nacionales, impulsó una serie de medidas para luchar contra el narcotráfico, pero sus planteos no tuvieron eco por parte de las autoridades. “En la gestión de Mauricio Macri como presidente se tomó la decisión política de utilizar tecnología para blindar por tierra y aire la frontera. Pero en la gestión de Alberto Fernández se abandonó esa estrategia y hoy nada de ese sistema de control está funcionando”, advirtió.
Cano es un aficionado a la pesca. Hace poco días realizó un viaje a Empedrado para disfrutar de la actividad. Lo que vivió en esa excursión también le sirvió para demostrar lo grave del problema. “Desde Tucumán a Corrientes, en el trayecto de ida y de vuelta, no me controlaron en ningún lado porque no había nadie en las rutas. Estamos hablando de un camino que está considerado como clave para el narcotráfico internacional”, destacó.
Cano no descartó que la sospecha de los investigadores de los vínculos del NOA con el “Operativo Dulzura” sean ciertos. “A la región también le hace falta que la Agencia Norte de la Unidad de Información Norte y la AFIP tengan un mayor protagonismo. En la región desde hace años que no hay una persona o empresa vinculada al lavado de activos, por ejemplo”, finalizó.
Otro contexto
El especialista en materia de seguridad Federico Pelli habló de un profundo cambio en material criminal en el NOA y en el NEA. “No hay que sorprenderse porque hasta el mismo Gobierno reconoció la existencia de células terroristas en la Triple Frontera que son financiadas por organizaciones criminales, como el Primer Comando Capital, que es una organización que nació en las cárceles de Brasil y está expandiéndose por todo el continente. Y uno de los negocios que llevan adelante es el narcotráfico”, sostuvo.
El especialista señaló que en este fenómeno hay dos situaciones que inciden. La primera es la superproducción de cocaína en Colombia, Perú y Bolivia y la segunda, que los controles no son los mismos en todos los países. “Obviamente que los narcos van a elegir los lugares que menos controles hayan”, destacó.
“Es cierto que en los últimos tiempos hubo un mayor decomiso de droga, pero eso no tiene que ver con el incremento de operativos, sino por los volúmenes que se están traficando por esa superproducción”, apuntó. “Pero también hay que ser realistas. Cada vez son menos los procedimientos que se realizan por investigaciones, sino que las fuerzas del orden se topan con los estupefacientes. El ‘Operativo dulzura’ se inició porque un camionero tenía mal puesto el dominio”, ejemplificó.
Pelli explicó que tiene esperanzas que con la creación de la Secretaría de Inteligencia del Estado se pueda revertir esta situación. “Tendrá más injerencia en la política criminal. Serán ellos los que podrán aportar información sobre organizaciones que se dedican a cometer todo tipo de ilícitos, entre ellos, el narcotráfico”, finalizó.
Detalles: ¿qué es la hidrovía Paraguay-Paraná?
La llamada Hidrovía Paraguay-Paraná es un tramo que vincula el tránsito de estos dos ríos con el océano Atlántico a través del Río de la Plata. Tiene una extensión de 3.442 kilómetros y se extiende desde el Puerto de Cáceres, en Brasil, hasta el puerto de Nueva Palmira, en Uruguay. En 1993, se licitó un tramo del río Paraná que es parte de la hidrovía, de una extensión aproximada de 1.200 kilómetros y que va desde el puerto de Santa Fe hasta el canal Punta Indio, en el Río de la Plata. Este tramo concesionado es la principal vía de entrada y salida del comercio exterior de nuestro país. Según los últimos registros, por ella se transportan alrededor del 80% de las exportaciones de granos de la Argentina y su gestión representa un negocio de U$S300 millones anuales. Pero también se transformó en una especie de plataforma logística de tráfico de cocaína, un negocio criminal que es manejado por carteles internacionales y grupos criminales brasileños, como Comando Vermelho y Primer Comando Capital (PCC). La droga proviene generalmente de Bolivia, y es trasladada en avionetas hacia el centro del país o el Chaco salteño o el Chaco paraguayo. Desde esas regiones, inhóspitas y con escasos controles, se las transporta en barcazas o lanchas por la hidrovía. Las cargas son transbordadas a buques de mayor volumen en los puertos de Rosario, en Buenos Aires o en Montevideo.
Operativo: incautan 82 kilos de cocaína en Santiago
El camionero, con mucho nerviosismo, se molestó con los gendarmes que le pidieron que les mostrara la documentación del vehículo en un puesto de control que realizaban sobre la ruta 34 en la localidad de Fernández, Santiago del Estero. Por esa razón, los efectivos decidieron realizar una inspección mucho más profunda de la harina de soja que transportaba. Utilizando un palo, descubrieron que en medio de la carga había varios bultos. Los sacaron y descubrieron que eran bolsos en el que había 82 kilos de cocaína. El camionero, que dijo venir de Salvador Mazza, tenía como destino final el puerto de Rosario.