“Se despertó”, expresó un nene que miraba con atención como Lola Mora “salía” de su tumba. Bajo la luna creciente de antes de ayer, la historia volvió a la vida en el Cementerio del Oeste frente a 200 personas que pudieron ver la necrópolis en tinieblas y también en todo su esplendor.
El camposanto se destaca entre otros de la provincia, tanto por su diseño como por la jerarquía de las personalidades que allí descansan. “Artistas como Lola Mora o Rolando “El Chivo” Valladares, 22 ex gobernadores, entre ellos Lucas Córdoba y Celestino Gelsi, guerreros y héroes de nuestra independencia, como Bernardo de Monteagudo. Hombres públicos, funcionarios, colectividades extranjeras, familias tradicionales de la industria azucarera tucumana, todos ellos ubicados en las más de 3.000 tumbas representadas por sepulturas, panteones, sótanos y capillas”, contó el guía fantasmal de “Recordar”, la obra teatralizada por el grupo Los Intérpretes que se llevó adelante en el cementerio.
En esta oportunidad la manifestación artística fue el cierre del recorrido del Bus Turístico nocturno que ofreció la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, para que locales y turistas miren y aprendan más de nuestra riqueza cultural de una manera diferente.
Rememorar y respetar
“Aprecien el arte y respeten las tumbas”, remarcó el guía, Ramiro Trejo, al invitar a empezar un recorrido fascinante entre luces y sombras, con personajes espectrales que contaron la grandeza de aquellos a quienes devolvieron a la vida por unos minutos, paradójicamente, en donde reposan sus restos.
“Este Cementerio del Oeste surge para dar solución a la gravísima situación sanitaria de 1850 ya que la antigua necrópolis, el cementerio de la Fundación, estaba ubicada en el centro de la ciudad en lo que hoy es el Buen Pastor”, indicó luego entre el murmullo de muchos miembros del público, que no conocían el dato.
“Una particularidad es que en su interior, el panteón replica el tramado octogonal de la ciudad, con una avenida principal y calles adyacentes, paralelas y perpendiculares que la atraviesan”, agregó Trejo.
Y luego destacó: “Quizás la característica a resaltar de este cementerio sea la calidad de sus materiales, como el mármol de Carrara, las placas, los relieves, los vitrales, pero principalmente por su conjunto escultórico”.
Lo que deja
“Fueron mis manos de barro las que murieron. No quiso irse mi corazón. Se quedó en ellas. En mis esculturas”, exclamó Constanza Figueroa, la actriz que le regresó la voz a la escultora tucumana de gran relevancia en nuestra historia.
“La gente se va emocionada y eso nos llena como actores porque es parte de nuestra historia y la ven de otra manera”, afirmó antes de salir a escena al LA GACETA.
Mientras que Jorge Banuera, quien interpretó a Lucas Córdoba, señaló la importancia de mostrar a todos al cementerio también como un museo. “Eso es lo que vale para darles patrimonio también a las tantísimas personalidades que están acá y que hicieron grande a Tucumán”, sentenció.
Y sobre su personaje reflexionó: “La gente descubre un poco lo que es la humildad, ese valor tan importante para trabajar y que la sociedad de hoy por ahí lo tenemos un poco perdido”.
“Invitaría a quienes no vinieron a que puedan llegarse a vivir esta experiencia distinta porque realmente está ambientado para que esto pueda ser disfrutado como un espectáculo y no haya temores”, finalizó.
Se repite el jueves
El próximo jueves el bus turístico nocturno volverá a viajar en el tiempo desde las 19, iniciando su recorrido en la plaza Independencia, para pasar por el parque 9 de Julio donde hay descensos en el Reloj Floral y en el Museo de la Industria Azucarera (MIA), para volver a cerrar la propuesta en la necrópolis.
Allí resurgirán otra vez nuestros héroes y se escuchará nuevamente al lúgubre pero carismático guía, conducir a todos y señalar: “Despacio. Sin prisa. Al final todos llegamos”.