Ese fulgor de verde intensidad que nos llena el corazón cuando miramos el cerro se nutre de las Yungas. Así se llaman las selvas que pueblan las laderas de las montañas, un espacio de riquísima biodiversidad traducida en la flora y en la fauna que vamos descubriendo a medida que nos internamos por los senderos. Las Yungas, tan al alcance de la mano en Tucumán, cuentan con todo el potencial para ganarse un lugar entre las zonas consideradas Patrimonio Natural de la Humanidad. Y en pos de esa declaración que confiere la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) están trabajando las cinco provincias que cuentan con selvas de yungas en su geografía -las otras son Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja-.
La postulación impulsada por la región Norte Argentino, con el respaldo del Consejo Federal de Inversiones (CFI), está en la etapa de conformación de las mesas de trabajo provinciales. Cada una de ellas debe abocarse a reunir la documentación requerida para presentar la solicitud ante la Unesco, una tarea que debe ser articulada y a la vez territorial.
Este equipo técnico mantuvo el primer encuentro en la sede del Ente Tucumán Turismo, cuyas autoridades recibieron a representantes del Poder Ejecutivo; de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT; de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos de la Provincia; del sector de Áreas Protegidas; del sector empresario del turismo; y de la Federación Económica. Otras instituciones fueron invitadas y se irán sumando al grupo.
Ahora bien, ¿cuáles son las condiciones imprescindibles que debe presentar una zona para ser considerada Patrimonio Natural de la Humanidad? Hay cuatro puntos que consigna la ONU: 1) Que contengan o en ella se produzcan fenómenos naturales espectaculares y únicos. O que la belleza del territorio sea excepcional. 2) Que en el territorio se haya vivenciado un evento histórico o algún proceso geológico. 3) Que sea ejemplo de un proceso ecológico y/o biológico esencial en la evolución de los ecosistemas. 4) Que contenga los hábitats más importantes para mantener la biodiversidad. Además deben contener especies amenazadas. De movidas, las Yungas se ajustan perfectamente a estos requerimientos.
Vale apuntar que en la Argentina hay otros maravillosos espacios que han recibido esta mención: el Parque Nacional de los Glaciares (en Santa Cruz, desde 1981); el Parque Nacional Iguazú (en Misiones, desde 1984); la Península de Valdés (en Chubut, desde 1999); el Parque Ischigualasto (en San Juan y La Rioja, desde 2000); la Quebrada de Humahuaca (en Jujuy, desde 2003); y el Parque Nacional Los Alerces (en Chubut, desde 2017).
Se trata de una excelente iniciativa que potencia desde diversos ámbitos al NOA, desde el científico al turístico, y apuntala todas las políticas e iniciativas tendientes a preservar las Yungas en su carácter de puntal medioambiental de Tucumán y de las provincias vecinas. Mucho se sabe de la depredación de la que es objeto esta selva; nada mejor entonces que una declaración de estas características, con el aval de la Unesco, para seguir creando conciencia acerca de su valor. Pero todavía queda mucho trabajo por delante.