Ni hielo, ni antiinflamatorios: ¿cómo actuar frente a un esguince de tobillo?

Ni hielo, ni antiinflamatorios: ¿cómo actuar frente a un esguince de tobillo?

Además de las prácticas de deportes, estas lesiones pueden ocurrir mientras caminamos y damos un paso en falso.

Ni hielo, ni antiinflamatorios: ¿cómo se debe actuar frente a un esguince de tobillo? Ni hielo, ni antiinflamatorios: ¿cómo se debe actuar frente a un esguince de tobillo? (Foto: fisiodomiciliomadrid.com)
15 Julio 2024

Anoche, los ojos del mundo estuvieron sobre Lionel Messi y millones de personas compartieron su tristeza luego de lesionarse el tobillo y no poder seguir jugando la final de la Copa América. Según remarcan los especialistas, este tipo de incidentes son más comunes de lo que se piensa y en ocasiones suelen provocar dolorosos esguinces. ¿Cómo actuar en estos casos?

Los esguinces no ocurren únicamente durante la práctica de deportes sino que le puede pasar a cualquier persona mientras camina y dio un paso en falso. Los tiempos de recuperación suelen ser alrededor de tres días para un grado leve; entre una semana y seis meses en el momento que hay una rotura parcial; y hasta un año si hay rotura total e intervención quirúrgica. En este escenario, además de la gravedad, influirán los primeros auxilios.

El uso de hielo, a debate

Según consigna The Conversation, tradicionalmente las medidas principales se denominaron ICE, del acrónimo Ice (frío), Compresion (compresión por vendaje) y Elevation (elevación del miembro lesionado).

El procedimiento general de aplicación del hielo sigue estando muy presente por su función principal: aliviar el dolor por su efecto analgésico. Hay evidencia, pero también controversia respecto a su uso y al tiempo de aplicación. ¿Por qué?

La aplicación de hielo mediante diferentes modalidades (hielo picado, bolsas compuestas, con sal, etc.) reduce el flujo sanguíneo sólo entre un 5 y un 10% dos centímetros por debajo de la piel en sus 10 primeros minutos de aplicación.

Para aumentar su efectividad se debería aplicar más tiempo, pero provocará una vasoconstricción excesiva que impedirá que se produzca la cascada inflamatoria que es necesaria para la correcta reparación del tejido (aparte de incrementar el riesgo de padecer quemaduras). Hay diversas recomendaciones y protocolos sobre el uso de hielo en la reparación de tejidos blandos (como los ligamentos), pero ninguna con una fuerte evidencia.

Junto con la controversia sobre el uso del hielo encontramos también el polémico consumo de antiinflamatorios, ya que ambos tienen un efecto similar. Debemos tener en cuenta que la inflamación no siempre es negativa, ya que tiene como función principal la reparación del tejido dañado. Por tanto, cortar dicha inflamación puede llegar a afectar negativamente la curación del tejido a largo plazo.

Elevar la pierna, pero por encima del corazón

El segundo elemento a tener en cuenta es la elevación de la pierna en caso de esguince, por su efecto similar sobre la autorregulación del flujo sanguíneo.

Eso sí, se recomienda ubicar la extremidad 30 centímetros por encima del nivel del corazón. No nos serviría estar sentados con la pierna estirada. Por ese motivo, durante los dos primeros días, a la hora de acostarse, eleve la pierna lo más arriba posible.

Se han observado mayores beneficios si la elevación se combina con otro punto importante: la compresión (otro de los puntos que destacaba el acrónimo ICE).

Su principal acción es la de reducir el edema, uno de los causantes del dolor, reducir el pobre riego sanguíneo y evitar caer en la tentación de mover el tobillo. Para ello, se recomienda la aplicación de un vendaje apretado pero no doloroso, a poder ser elástico, para reducir la inflamación durante los primeros días.

¿Reposo o movimiento leve?

Más adelante, ICE se convirtió en RICE cuando se añadió el temido Rest (descanso). ¿Temido por qué?  Hace unos años, el reposo siempre se había enfocado con la idea de no empeorar la lesión, de evitar que se cronifique y tardara más en recuperarse.

Por ese motivo se prescribía el reposo absoluto como la panacea de la recuperación óptima de una lesión. Se recomendaba permanecer con la pierna estirada, caminar con muletas y, si se podía, escayolar la pierna hasta la rodilla.

Pero ahora vivimos en un mundo sedentario donde nuestro estilo de vida ya comporta estar sin movimiento. Además, el deporte ha llegado a tal nivel de rendimiento que el objetivo principal de una rehabilitación será acortar estos tiempos de recuperación.

Si bien es verdad que es necesario un mínimo descanso para recuperarse de la lesión, la estructura dañada deberá estar en mínimo reposo. El resto del cuerpo debería seguir moviéndose para no perder la forma física.

El tobillo podría empezar con movilizaciones pasivas y ejercicios isométricos, incluso trabajar de forma activa, pasada una semana, con un cicloergómetro (bicicleta estática para medir la producción de trabajo de una persona) si no está cargando completamente el peso corporal sobre el tobillo dañado.

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