Entre los lugares para ver la final de la Copa América, los restaurantes fueron una de las opciones más elegidas por los tucumanos. Padres con hijos, amigos y parejas reservaron algunas mesas en los tradicionales locales de comida de la Capital y vivieron el partido con nervios y entusiasmo. Uno de ellos fue el restaurante de Avenida Mate de Luna al 4300.
Cerca de las 20.30, el local empezó a recibir a sus primeros clientes y cada uno buscó un lugar estratégico para ver el partido de cerca. Mientras tanto, en la cocina, cada cocinero se preparaba con sus delantales y empezaron a prender los hornos. “El plato que más sale cuando juega la Argentina es el matambre al verdeo. Este no demora más de 10 minutos, pero si es otro pedido tratamos de no hacer esperar más de 20 minutos a los clientes”, señaló Daniel, encargado de la parrilla.
Mientras sintonizaba su radio para estar al tanto de los incidentes que ocurrían en Miami, el ayudante Jorge comentó las similitudes entre el fútbol y la cocina: “Somos un equipo. Tenemos los mozos que mandan las comandas y nosotros las preparamos; mientras uno está cocinando, él otro va preparando el plato con las cremas y la salsa. Todos nos damos una mano. Así, tal cual como pasa en una cancha cuando juega un equipo”.
En otra parte de la extensa cocina, Verónica preparaba una milanesa que debía salir lo antes posible. “Acá somos como una familia, cada uno cumple una función, como pasa en el fútbol con el arquero, los defensores y los del centro. A veces en una mesa la gente pide parrilla y comidas, pero todo tiene que salir en conjunto”, sostuvo.
“En nuestro caso, una de las comidas que más se piden cuando juega la Argentina son las empanadas y la milanesa al plato”, señaló Verónica. También comentó que prefieren no ver ni escuchar el partido por miedo a desconcentrarse: “De vez en cuando salimos de la cocina y preguntamos cómo va el partido. Me gusta mucho el fútbol, pero ahora estamos trabajando”.
Sobre el desempeño de la Selección, Jorge y Daniel comentaron que “las figuras fueron todo el plantel”. “El principal valor que muestra la Selección es la familia. La familia se une para ver el partido, eso está bueno y aquí se puede ver eso”, subrayó el parrillero.
Finalizado el partido, los clientes festejaron con abrazos, aplausos y ovaciones a la Selección campeona de América. Entre los comensales, un hombre y su hijo dialogaron con LA GACETA sobre cómo vivieron la final en el restaurante. “Elegimos este lugar porque no hay tanto ruido. Mi hijo tiene TEA y este lugar es más tranquilo, más reservado y él lo puede disfrutar”, comentó.
Sobre las razones por las que prefirió alentar a la Argentina fuera de su casa, el señor indicó: “En la casa no se puede por la música, los gritos de los vecinos y todo eso a él lo perturba mucho”. “El partido lo vivimos con muchos nervios, era la final. No sé qué quería el árbitro brasileño”, dijo el hombre con gestos de alivio junto a la mirada cómplice de su pequeño hijo.
Por último, padre e hijo finalizaron dando su opinión sobre el desempeño de la “Scaloneta” durante la Copa América: “Si no fuera por “Dibu” Martínez ya teníamos que estar eliminados dos fechas atrás. Di María también fue una buena pieza”. “Por la condición de mi hijo no vamos a ir a los festejos, pero estamos tranquilos porque estamos de vacaciones”, concluyó.
De principio a fin, las cábalas no faltaron. Rocío y Luciana fueron las primeras en llegar. Ante el retraso, las amigas optaron por pedir una entrada para mitigar la ansiedad que generó la demora. “Venimos acá por cábala. Vimos todos los partidos aquí, por eso no podíamos faltar”, comentó Rocío.
Las jóvenes fueron las que más lamentaron el gol anulado a Nicolás Gonzalez. “Vivimos el partido con muchos nervios, llegué a romper un cuadro que estaba en la pared”, contó Luciana con sonrojo por el percance que vivió en el local de comidas.
“Para mí la figura de la Copa fue el “Toro” Martínez, venía de una mala racha y ahora la rompió. La “Scaloneta” representa hermandad y unión, el fútbol es lo único que nos une a todos los argentinos”, sostuvo Rocío. Para finalizar, y ante las caravanas de autos que pasaban con banderas por la Avenida Mate de Luna, Luciana acotó: “Mañana trabajamos, no podremos ir a los festejos”.