Lo que Pablo Frontini describió desde Miami, comparado con los operativos que suelen montarse para los partidos de fútbol que se juegan en Argentina, es una rareza. “El corte es en el ingreso al estadio, antes no hay nada”, contó el ex técnico de San Martín de Tucumán que vivió la final de la Copa América 2024. Vía Whatsapp Frontini dio detalles de lo que pasó en Miami.
El bonaerense no la pasó tan mal como miles de simpatizantes que se quedaron con entrada en mano y algunos con heridas producto del accionar policial. “Cualquier persona puede llegar hasta las puertas sin problemas”, dio más detalles. Anillos de seguridad, retenes o controles físicos, como habitualmente hay en Argentina mínimamente una vez antes de ingresar a un estadio, no hubo.
“Toda la Copa fue así. Un amigo está desde el inicio y contó que en todos los partidos se podía llegar hasta los accesos”, agregó. Entonces ¿qué cambió en el partido final para que se produjeran los incidentes que obligaron a retrasar el comienzo del juego por una hora y 20 minutos? Según los reportes, las imágenes y los millones de posteos en las redes sociales los serios incidentes se generaron porque una gran cantidad de simpatizantes quisieron ingresar sin tickets, algo que sucedió en la puerta sudoeste.
Los apuntados fueron los fanáticos colombianos que intentaron saltar los molinetes. Aunque también, entre los revoltosos había camisetas celeste y blanca. Se estima que la proporción en la final era 70-30 para Colombia. Varios hinchas fueron detenidos por las autoridades y otros lograron ingresar a la fuerza. Caos, violencia y angustia se unieron para entregar las peores imágenes de una Copa América que ya tenía críticas hacia la organización. El estado de los campos de juego, fue una de las objeciones. El accionar -o irrisorio proceder- que la Conmebol tuvo tras los incidentes entre jugadores de Uruguay y, precisamente, hinchas de Colombia que agredieron a familiares de la selección celeste, fue otra situación criticada. El máximo organismo que rige el fútbol sudamericano había barajado una posible sanción, pero dirigida a los jugadores.
Si lo que había sucedido en la semifinal ya había empañado un torneo deportivamente apasionante, lo que pasó anoche cubrió todo con un manto negro.
La policía local redujo agresivamente a quienes se encontraban casi aplastados contra las rejas. Pese a ser periodistas claramente identificados con credenciales y micrófono en mano, fueron despojados de sus puestos de trabajo. Incluso, haciendo honor a la fama de tolerancia cero de las fuerzas de seguridad en los Estados Unidos, hubo jugadores que debieron acercarse al acceso este para certificar que las personas que se identificaban como sus familiares lo eran. Enzo Fernández, Gonzalo Montiel, Alejandro Garnacho y Alexis Mac Allister tuvieron que intervenir con personal de la AFA.
Más todavía: la policía esposó y detuvo a uno de los gerentes de las empresas que tienen los derechos de televisación. También tenía su credencial.
“No están acostumbrados a algo así”, hizo referencia a lo que observó Juan Carlos Campos, un tucumano que estuvo en plenos incidentes. “Ellos -por los estadounidenses- saben que deben respetar”, indicó Campos en referencia a que ir a un evento sin entradas no está dentro de las situaciones manejables.
Tanto fue el desborde que hubo hinchas colombianos que ingresaron por los conductos de la ventilación del Hard Rock Stadium. Fanáticos, fuerzas de seguridad y organizadores dieron un espectáculo bochornoso, muy distante al show deportivo y de entrega que Argentina y Colombia protagonizaron durante 124 minutos.
ATENCIÃN
— Gabriel Castro (@GabrielCastroOK) July 14, 2024
Fuertes incidentes en la entrada al estadio donde se jugará la final de la Copa América.
VÃa @FinoYossen y @DiarioOle pic.twitter.com/lTQ60fD6Cu