Eduardo Braun
Experto en liderazgo y cultura organizacional
“Un equipo es un estado de ánimo”, me dijo Jorge Valdano. Me gustó mucho esa frase porque señala la importancia de la dimensión emocional, una dimensión que a menudo es subestimada en el ámbito empresarial donde es más frecuente pensar en colaboración, expertise técnica y profesional, medición de resultados e incentivos cuando hablamos de equipos. Pero Valdano, integrante de la selección argentina ganadora del Mundial de fútbol ‘86 y director deportivo del gran equipo español Real Madrid, se refirió al estado de ánimo y lo ubicó en un lugar prioritario, señalando que se trata de la esencia de los equipos.
La idea de Valdano está en consonancia con el trabajo que llevo adelante en el ámbito de liderazgo y cultura de las organizaciones. Los líderes que crean y dirigen empresas exitosas logran encender el corazón de su gente y lo hacen a través de diversos caminos y preguntas. Según Valdano, cuando la gente siente y está comprometida con lo que hace, logra contagiar esas emociones a todo el grupo. “En el mundo del fútbol vemos con frecuencia jugadores que tienen la confianza de su entrenador, el respeto del periodismo, el cariño de los aficionados y alcanzan la excelencia. Y al pasar a otro equipo y no contar con esos soportes externos no superan la mediocridad”.
Los líderes, al igual que los entrenadores, desempeñan un papel clave en la excelencia de las personas y los equipos. El punto de partida es encontrar un sueño, el propósito, el para qué están trabajando juntos.
Uno de los sueños que más encendió nuestros corazones se materializó en diciembre del 2022. Cuenta Lionel Scaloni que, tras ganar la Copa América en Brasil en 2021, en diálogo con Messi admitió que “sentía que lo que se venía era muy difícil, estábamos transmitiendo algo muy grande y la desilusión podía ser enorme”. Scaloni recuerda que Messi le respondió que, sin dudas había que intentarlo y, desde entonces, pusieron el foco en la gente. Su mantra, su propósito era jugar para la gente, disfrutando del camino hacia el Mundial, el “durante”. “Si la meta fuese sólo ganar, estarían sólo esperando el momento del campeonato y la decepción podría ser gigante. Pero si disfrutaban el recorrido, podrían ir construyendo un sueño, un para qué”, declaró otro integrante del cuerpo técnico, Pablo Aimar.
Jugar para el hincha argentino, vestir la camiseta, tirar todos para el mismo lado, sentir que no hay orgullo más grande que representar a tu país, fueron el motor del equipo, un equipo que no sólo tenía en cuenta a los jugadores sino a todos los que daban apoyo, desde los técnicos hasta los cocineros. ¿Quién era esa mujer que abrazó a Messi en la cancha de Qatar tras patear los penales y alcanzar la victoria? La desconocida en el video que se hizo viral era la cocinera, la que había preparado las comidas del equipo, tan protagonista y comprometida como el resto.
Son muy pocos los que están frente a estrellas del fútbol como Valdano o Scaloni. Pero cualquiera de nosotros puede estar frente a un equipo y convertirlo en estrella en su ámbito, en su para qué. El camino al estado de ánimo apropiado se construye sembrando confianza. En declaraciones posteriores a Qatar, Rodrigo de Paul se refirió al entrenador diciendo: “si son las 10 am y Scaloni nos dice que es de noche, nos vamos a dormir”. Fomentar la confianza, la cercanía con la gente, un estilo de comunicación eficaz son algunos de los rasgos de los líderes que encienden el corazón. Ellos saben que todo empieza con una pregunta sutil y a su vez movilizante: ¿Cuál es tu sueño?