En estas últimas semanas sorprendieron gratamente algunos trabajos que comenzaron a realizarse para mejorar el estado del pavimento de la avenida Francisco de Aguirre, casi en el límite norte entre San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo y Las Talitas. Se trata de una arteria cada vez más utilizada por quienes buscan atravesar la capital de este a oeste y viceversa sin sufrir las demoras a las que los somete el tránsito abigarrado del macro y microcentro.
Los trabajos a los que nos referimos se encuentran en el tramo que recorre Villa Muñecas, entre la Ejército del Norte y el Pozo de Vargas. Puntualmente se están realizando en la mano norte, que estaba muy deteriorada, a pesar de que este es el sector más nuevo de la avenida (fue pavimentado en paralelo al desarrollo de Lomas de Tafí).
La Francisco de Aguirre se volvió una de las principales opciones de quienes viven en la zona norte de Yerba Buena para llegar al centro. La abordan desde el Camino del Perú y por ella acceden rápidamente a calles como 25 de Mayo, Maipú, Rivadavia y Balcarce, que los trasladan sin demoras hasta Barrio Norte. Esto es posible porque desde el Pozo de Vargas hasta la Juan B. Justo sólo hay tres complejos de semáforos. De ese modo, se puede ir de este a oeste o en dirección contraria casi sin interrupciones. También es la elegida por aquellos que necesitan llegar rápido al aeropuerto o a la zona del parque 9 de Julio, por ejemplo.
A eso hay que sumarle el tránsito ya habitual, que es integrado por los vecinos de Lomas de Tafí, de Villa Muñecas, de Tafí Viejo y de Las Talitas. Además, la presencia de camiones de gran porte y andar lento, especialmente de aquellos que trasladan ladrillos que son producidos en una fábrica de la zona de San José, aportan un ingrediente para que el tránsito de esta arteria se complique aún más. Es por esto que el buen estado del pavimento es fundamental para evitar accidentes o roturas en los vehículos.
Sin embargo, un recorrido por esta calle revela serios problemas estructurales: hay muchas pérdidas de agua; existen baches que llevan meses sin haber sido reparados; inclusive hay reparaciones inconclusas (las más visibles se encuentran debajo del puente del Acceso Norte,en la calzada sur).
Si a esto le sumamos velocidad, tránsito intenso y una gran presión urbana (su entorno está integrado por barrios de clase media, clase media baja y algunos asentamientos en los que viven familias de muy pocos recursos), se hacen necesarias intervenciones concretas para mejorar la seguridad y la transitabilidad. En este sentido, mantener en buen estado la calzada es una prioridad. Por eso, las reparaciones a las que nos referimos en el primer párrafo son una buena noticia. Luego, es fundamental concentrarse en ordenar este flujo de tránsito cada vez más intenso. Para ello habrá que pensar en invertir en más complejos de semáforos y en instalar reductores de velocidad.
Un buen primer paso puede ser enviar inspectores de Tránsito a intersecciones muy complicadas, como la de calle Muñecas y la de Viamonte, al menos en los horarios pico. Vecinos y conductores lo agradecerán.