A menudo, el cáncer de próstata se encuentra a la sombra de tumores en órganos más conocidos como el colon, la mama o los pulmones. Sin embargo, el cáncer de próstata es uno de los "mejores" cánceres que se puede padecer debido a su buen pronóstico si se detecta en fases tempranas. Esta detección precoz se debe, en gran medida, al uso generalizado de la prueba del PSA (Prostate Specific Antigen, por sus siglas en inglés).
Qué es la prueba de PSA
La prueba del PSA mide la presencia de antígenos específicos de la próstata en la sangre, lo cual puede ser indicativo de cáncer. Según el Instituto Estadounidense del Cáncer, lo ideal es que los niveles de PSA sean inferiores a 4 ng/ml. Sin embargo, hay personas con niveles de PSA por debajo de este valor que tienen cáncer de próstata y muchas con niveles más altos, entre 4 y 10 ng/ml, que no lo tienen. Conocer la existencia de esta prueba es crucial para determinar si hay razones para preocuparse.
A medida que los hombres envejecen, la próstata puede agrandarse y bloquear la uretra o la vejiga, produciendo dificultad para orinar o problemas en la función sexual. Este problema, conocido como hiperplasia benigna de próstata, no conlleva riesgos significativos. No obstante, en algunos casos, puede evolucionar a un tumor maligno. Dado que el cáncer de próstata es silencioso en sus inicios, es esencial no subestimar la enfermedad y considerar las revisiones periódicas y pruebas a cierta edad.
Puede diseminarse silenciosamente a otras partes, como los huesos
La próstata puede funcionar mal sin presentar síntomas obvios. El cáncer puede aparecer sin ser detectado y, con el tiempo, expandirse a otras partes del cuerpo, especialmente a los huesos.
La tasa de supervivencia relativa a cinco años para la mayoría de las personas con cáncer de próstata localizado es casi del 100%. Sin embargo, para aquellos diagnosticados con cáncer de próstata que se ha diseminado, esta tasa se reduce al 32%.
Síntomas que suelen pasarse por alto
Ed Manning, un directivo de medios y sobreviviente de cáncer de próstata, relata cómo fue su diagnóstico. Tras revisiones en las que todo parecía ir bien, los cambios en su orina le llevaron a consultar a su médico, animado por su pareja. "Los cambios en la forma de orinar es algo que debería haberle dicho a mi médico anterior. ¿Por qué no lo hiciste?", recuerda Manning que le preguntó su médico.
Levantarse constantemente por la noche para orinar puede esconder diabetes o una vejiga hiperactiva, pero en el peor de los casos, podría ser un signo de cáncer de próstata. Otros cambios en los hábitos urinarios relacionados con este tumor incluyen:
Una necesidad más urgente de orinar.
Dificultad para empezar a orinar, aunque sienta la necesidad de hacerlo.
Necesidad de esforzarse para orinar.
Un goteo débil al orinar.
Luchar por vaciar completamente la vejiga al ir al baño.
Sangre en la orina o el semen.
"Es importante que los hombres que luchan contra un problema de dolor, de orina tardía o frecuente consulten a su médico de cabecera lo antes posible", aconseja Caroline Moore, uróloga consultora en el Hospital King Edward VI.
"Si bien los médicos me aseguran que 'probablemente moriré de otra cosa', desearía que además del superficial 'se ve bien' que había escuchado a lo largo de los años, me hubieran brindado detalles destacados sobre mi próstata, señales de advertencia y opciones de pruebas", reconoce Manning.
"Si bien es demasiado tarde para detectar mi propio cáncer a tiempo, animo a cualquier persona que tenga próstata o a cualquiera que ame a una persona que la tenga a que hable con un médico. Conozca las opciones de pruebas y la importancia de la nutrición y mantenerse activo. Comprenda los síntomas de advertencia".