Entre noviembre de 2023 y abril de 2024, más de 137.000 asalariados formales perdieron sus empleos debido a la recesión y las políticas del gobierno de Javier Milei.
La mayoría de estos despidos ocurrieron en el sector privado, donde los salarios reales han caído casi un 5% desde la devaluación de fin del año pasado. Además, la construcción se ha visto particularmente afectada, perdiendo 90.000 puestos de trabajo desde agosto.
Según datos que surgen del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), casi 112.000 de esas personas que se quedaron sin su fuente de ingresos trabajaban en el sector privado, mientras que otras 25.000 estaban registradas en el Estado.
El deterioro del mercado laboral argentino también ha impactado a trabajadoras de casas particulares y trabajadores independientes con monotributo social. En contraste, hubo un incremento en los segmentos de monotributistas y autónomos. Según los datos del INDEC, el desempleo alcanzó el 7.7% en el primer trimestre de 2024, el nivel más alto desde la pandemia de COVID-19, con 1,731,000 desocupados, un aumento de 180,000 en comparación con el año anterior.
Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), advirtió que la situación seguirá empeorando, anticipando una pérdida de al menos 20,000 puestos formales para mayo. A pesar de una mejora nominal del 7.3% en la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) en mayo, los salarios reales en el sector privado acumulan una caída del 4.7% desde noviembre, reflejando un mercado laboral cada vez más precario y vulnerable.