En el Gobierno de Bolsonaro se habría espiado a opositores

En el Gobierno de Bolsonaro se habría espiado a opositores

Una trama de seguimiento y escuchas a periodistas, jueces y altas figuras políticas. Ordenan allanamientos.

EN FOCO. El ex presidente Bolsonaro resultó salpicado por la trama de supuesto espionaje ilegal. afp EN FOCO. El ex presidente Bolsonaro resultó salpicado por la trama de supuesto espionaje ilegal. afp
12 Julio 2024

BRASILIA, Brasil.- La Policía Federal de Brasil lanzó una nueva operación contra sospechosos de haber participado en una supuesta trama de espionaje ilegal de altas figuras políticas y periodistas durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.

Entre las personalidades de primera línea que fueron vigiladas están el poderoso presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y su antecesor, Rodrigo Maia, según un informe de la investigación difundido este jueves por el juez de la corte suprema Alexandre de Moraes, a cargo del caso.

El propio Moraes, frecuente objeto de la ira de Bolsonaro por haber ordenado varias investigaciones contra él y su entorno, es citado en el documento como una de las figuras espiadas, así como otros tres jueces de la corte, incluyendo su actual presidente, Luis Roberto Barroso.

La lista también incluye el ex gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, y periodistas renombradas como Mónica Bergamo, de Folha de S. Paulo y Vera Magalhães, del diario “O Globo”, a quien Bolsonaro llamó “una vergüenza para el periodismo brasileño” durante un debate electoral en 2022.

“El espionaje utilizando el aparato del Estado contra personas consideradas como adversarios del ex presidente es un comportamiento de un gobierno totalitario y criminal, digno de las peores dictaduras”, reaccionó en una nota Rodrigo Maia, que presidió la Cámara de Diputados de 2016 a 2021.

La Policía Federal (PF) lanzó la nueva operación el jueves, la cuarta en el marco de este caso, cumpliendo “cinco mandatos de prisión preventiva y siete órdenes de allanamiento”. Las órdenes de arresto están dirigidas a policías de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) e influenciadores digitales sospechosos de desinformación.

La policía precisó que la operación se realizó en cinco Estados brasileños, incluida la capital, Brasilia; pero no indicó si los sospechosos habían sido detenidos. Son señalados de integrar una organización criminal que creó perfiles falsos de miembros de los tres poderes y periodistas y difundió noticias falsas. También accedieron ilegalmente a computadoras y teléfonos.

Los sospechosos usaron recursos de la Abin “para vigilar autoridades (...) con el objetivo de obtener ventajas políticas” y “desestabilizar las instituciones republicanas”, afirmó el juez Moraes en el escrito que autorizó la operación policial.

“Gabinete del odio”

Aunque no lo involucra directamente, el escándalo de espionaje salpica a Bolsonaro, un ex capitán del Ejército que gobernó Brasil entre 2019 y 2022.

En febrero, la PF registró una casa donde estaba la familia Bolsonaro en el balneario Angra dos Reis, cerca de Rio de Janeiro, en el marco de la misma investigación. Los agentes también visitaron inmuebles ligados a Carlos Bolsonaro, segundo hijo del ex mandatario ultraderechista y legislador de Río de Janeiro. Carlos Bolsonaro es sospechoso de haber coordinado bajo la presidencia de su padre un “gabinete del odio”, una “milicia digital” encargada de denigrar a opositores en las redes sociales y de diseminar informaciones falsas. Ayer, el hijo del ex presidente reiteró en X que “nunca han mostrado ninguna prueba” que lo ligue a las acusaciones.

La investigación identificó que policías federales y agentes de inteligencia integraban una “estructura paralela que actuaba bajo el comando” del entonces director de la Abin, Alexandre Ramagem, actualmente diputado y hombre de confianza de Bolsonaro.

El senador Flavio Bolsonaro, otro hijo del ex presidente, denunció en X un intento de “perjudicar la candidatura” de Ramagem, que aspira a la alcaldía de Río de Janeiro en las elecciones de octubre.

El escándalo estalló en octubre con el arresto de dos funcionarios de la Abin, sospechosos de haber usado sin autorización el software de espionaje israelí FirstMile. El programa, adquirido por el Gobierno brasileño poco antes de la llegada al poder de Bolsonaro, permite rastrear la geolocalización de celulares.

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