11 Julio 2024
SEGUNDO CICLO. Diarte ya se entrena con el plantel profesional de San Martín de Tucumán; fue la última incorporación del mercado invernal. Prensa CASM
Para San Martín cada tropiezo es una caída; golpes que no se restringen a la ilusión por el objetivo sino que ponen en tela de juicio el rendimiento del equipo. Claro; el “santo” no fue un equipo solvente en todas sus líneas y tampoco se destacó por el funcionamiento colectivo. Siempre que parecía acomodarse una pieza, se descompensó otra zona del campo de juego. Un ciclo sin fin al que Diego Flores no le encontró la manera de revertir.
Ferro explotó a la perfección ese aspecto. San Martín fue un equipo apático, displicente y sin una idea clara de juego; síntomas que se repitieron en los tres primeros partidos de la segunda rueda.
Sin embargo, no todas son pálidas sobre el rendimiento del equipo en la temporada. Una de las virtudes que mostró fue la fortaleza mental para reponerse de los golpes. Ese motivo le permitió asentarse como uno de los equipos contendientes a la cima y, sobre todo, no sufrió una extensa racha de derrotas.
Las primeras caídas llegaron en las fechas 3 y 4. Ferro dio un golpe y propinó la primera derrota del ciclo del DT. El gol de Junior Arias no fue suficiente para frenar al equipo de Jorge Cordon que, con una intensa presión, desarticuló los fundamentos de la idea de Flores.
El empate de Mateo Levato fue una prueba de ello. Un error en la salida de Darío Sand cayó en los pies del delantero, que eludió la marca de Agustín Dattola y puso las tablas en el marcador. Gerónimo Tomasetti terminó de sentenciar la historia.
San Miguel apeló a una táctica similar. Ahogó al medio campo y restringió las conexiones con el ataque. A eso se sumó el gol de emboquillada de Diego Sosa, en los primeros minutos cuando los tucumanos ni siquiera habían terminado de acomodarse dentro del campo.
Sin embargo, el “santo” no tardó en reponerse. Si bien empató contra Quilmes, volvió a la victoria frente a Talleres de Remedios de Escalada en la sexta jornada. El triunfo no sólo fue importante por ser en condición de visitante, sino porque cortó la mala racha y sirvió de envión anímico para el resto del certamen.
El traspié contra Chacarita tampoco fue un freno a las aspiraciones de este San Martín. Al contrario, dio comienzo a un invicto que se extendió entre la fecha 9 y la 19. En dicho periodo, los dirigidos por Flores acumularon seis triunfos (tres de manera consecutiva) y cinco empates (es decir, cosechó el 69% de los puntos posibles).
La racha se conjugó con el récord de Sand que logró mantener el arco en cero durante todo ese periodo; hecho que fue fundamental para explicar el crecimiento que tuvo durante el certamen.
A este período podría sumarse el empate agónico frente a Almirante Brown por la Copa Argentina, aunque no pudo correr con la misma suerte desde el punto penal y quedó eliminado de esa competencia.
El inicio de la segunda rueda fue decepcionante. Gimnasia de Jujuy superó al equipo de Flores en todos los aspectos. Tal es así que la producción ofensiva del “santo” se limitó únicamente a un disparo de media distancia de Iván Molinas.
La victoria frente a Deportivo Maipú maquilló el mal momento. San Martín volvió a tener un flojo rendimiento, pero la cabeza de Dattola y la aparición agónica de Gonzalo Klusener fueron las causas por las que consiguió sumar los tres puntos.
Sin embargo, Ferro volvió a propinarle un golpe de realidad. San Martín no generó peligro y perdió una nueva chance de ser único líder de la zona “A” (el “santo” sanjuanino había perdido frente al “lobo” jujeño).
¿Podrá levantarse frente a San Miguel? ¿El partido marcará un punto de inflexión en el rumbo del “santo”? ¿Por qué San Martín no puede hacer pesar la jerarquía del medio campo? Todas incógnitas que Flores y compañía deberán resolver lo antes posible para volver encarrilarse en la Primera Nacional.
Lo más popular
